La selección española de baloncesto ha sido con mucha diferencia uno de los equipos nacionales que más alegrías han dado a nuestro deporte en las últimas décadas. Campeonatos mundiales, Europeos, medallas olímpicas y un sinfín de momentos memorables que se recordarán para siempre, pues ya forman parte del imaginario colectivo deportivo nacional. Y todo ello gracias a que coincidió una generación de leyenda que hizo posible que se lograran estos hitos, principalmente gracias a que Pau Gasol, el mejor jugador español de siempre, estuvo acompañado de muchos otros que están en el mismo olimpo. Y a su vez se fueron sumando otros que le iban a la par. Incluso algunos se nacionalizaron, como por ejemplo, Nikola Mirotic, aunque en este caso no salió tan bien.
El montenegrino salió de la cantera del Real Madrid y se terminó de formar baloncestísticamente hablando en nuestro país, donde poco a poco se fue convirtiendo en una estrella y el gran estilete blanco. A nivel europeo era considerado uno de los grandes y solo quedaba un salto, la NBA, algo que le salió bien. Fue elegido en el draft 2011 en la primera ronda (23) por los Houston Rockets, pero dio el salto en 2014, con los Chicago Bulls.
Todo esto le llevó a la selección, con la que debutó en 2010 y fue un fijo en las categorías inferiores, pero su llegada a la absoluta fue en 2015, consiguiendo la medalla de oro en el Eurobasket de Francia de ese año, disputado en Lille, además, formó parte de la selección española que consiguió la medalla de bronce en los JJOO de Río 2016. Sin embargo, ahora, casi diez años después, ha confesado que jamás se sintió español, renegando de una parte muy importante de su pasado.
A sus 33 años, Mirotic es una pieza clave del Armani Milán, donde llegó tras un paso de mucho nivel por el Barça, pero ahora, en una entrevista al medio francés SkWeek, ha desvelado que pese a que jugara con la roja, nunca se sintió español. "Nunca me sentí español. "Soy un montenegrino-serbio ortodoxo aunque jugase con España". No obstante, si que guarda cierto cariño a nuestro país, ya que "siempre" pensó que España era su segunda casa porque le fue muy bien, y como le dio la oportunidad de llegar a la cima y jugar con el equipo nacional, se siente "agradecido" por aquello.
Hay que recordar que la llegada de Mirotic supuso el cambio de dejar de llamar a Serge Ibaka, otro naturalizado que fue quien acudía a las llamadas en los primeros años de la década pasada. Por otro lado, al ala-pívot le han preguntado si se volvería a vestir de rojigualda y ha confesado que no, porque ahora dedica los veranos a estar centrado en otra cosa.