El calendario del tenis es uno de los aspectos más polémicos de cuantos envuelven a este deporte, pues cada año se van sumando novedades que hacen que los tenistas tengan que estar más horas en pista y alargan aún más temporadas de por si eternas. Además, en los últimos tiempos han cogido relevancia las exhibiciones, pues dan la opción a los profesionales de ganar más dinero en unos días que en torneos enteros, aunque les supongan viajes eternos a países del golfo pérsico. Pero sin embargo, la mayor queja son sin duda las Masters 1000 de dos semanas, que han comprimido aún más algo que ya estaba al límite. Y el último en sumarse a una queja generalizada ha sido Stefanos Tsitsipas.
El griego, que no ha tenido ni mucho menos su mejor temporada y está fuera del top 10 por primera vez en mucho tiempo, ha usado su cuenta de X para atacar directamente a la ATP sobre este tema de los M1000 alargados. Para él se han convertido en una molestia, pero no solo para ellos, si no que piensa que también para los espectadores, pues "definitivamente ha bajado la calidad".
El ateniense reconoce que los jugadores no están teniendo el tiempo de recuperación o entrenamiento que necesitan, ya que tienen "partidos constantes y sin espacio para el trabajo intenso fuera de la cancha". Además, lanza un ataque directo a la ATP, con mención incluida a la cuenta oficial del circuito, pues le resulta "irónico" que se comprometiera con este formato "sin saber si realmente podría mejorar el calendario y la calidad".
Stef pone como ejemplo a Paris-Bercy, que fue la semana pasada, y cree que lo hizo bien y en una semana, lo que lo hace más cómodo para todos: "es emocionante y fácil de seguir. Tal como se supone que debe ser". Para él deberían ser todos así, pero parece que la deriva de la ATP es otra, pues desde 2025 serán todos de dos semanas salvo el parisino y el de Montecarlo, el cual da inicio a la temporada de tierra. Precisamente ese es del gusto del griego, pues lo conquistó este año.
No está de acuerdo y cree que es un error, ya que si el objetivo era aligerar el calendario, "extenderlo cada 1000 a dos semanas es un paso atrás", y por eso mismo va directamente contra la errónea toma de decisiones, porque a veces, "parece que están arreglando lo que no estaba roto". Y no es el primero que lo dice, no obstante, lo más probable es que su queja caiga en saco roto.