La carrera de Rafa Nadal acaba de terminar y por eso es el momento perfecto para repasarla y recordar a una leyenda que trasciende el tenis, para convertirse en algo superior, en el mejor deportista español de siempre y uno de los mejores de todos los tiempos. El gen competitivo del balear es ya un icono y sus gestas heroicas a lo largo de más de dos décadas de carrera están en el imaginario colectivo de la afición. Como lo está ver a Rafa levantando trofeos de Roland Garros, US Open, Wimbledon, Open de Australia y demás eventos vestido de Nike. Porque la unión del manacorí con la multinacional americana ha sido una constante, al igual que con su marca de raquetas, Babolat.
Precisamente el fabricante de raquetas francés ha acompañado al campeón de 22 grandes desde que tenía 9 años hasta su retirada y lo va a seguir haciendo en sus siguientes pasos como sus academias por el mundo. Y en una entrevista en el diario AS, el CEO de Babolat, Eric Babolat ha repasado la colaboración de todos estos años, y ha confesado que la única petición que Rafa les hacía siempre era la misma, más y más efecto para poder atormentar a sus rivales.
Porque las bolas con peso de Rafa, especialmente en su superficie fetiche la tierra batida, son ya historia del tenis. Nadie ha sido capaz de implementar mejor el 'spìn' a su juego como él. Sus 14 títulos de Roland Garros, y el impresionante récord sobre arcilla es solo la muestra de lo que ha sido capaz de hacer gracias a ese toque tan característico. Y mucha de la culpa la tiene su arma, que se fabricaba específicamente para él, con unas características y cordaje especiales.
Al igual que Nadal, Carlos Alcaraz también está juega con la marca francesa desde los 9 años y esta colaboración va a durar mucho, puesto que por ahora han firmado hasta 2030, pero hay una gran diferencia entre ambos. Porque el empresario ha recalcado que mientras Nadal solo pedía efecto, Alcaraz tiene otras necesidades como puede ser el control sobre la bola, algo que le aporta el modelo que usa y que se fabrica para él. Su variedad de golpes le obliga a jugar con unos materiales distintos. Pero más allá de eso lo que sí que comparten es que han sido y son los máximos exponentes de la marca.