Italia tratará de revalidar en poco menos de dos meses la corona de Copa Davis que ganó el pasado año en el Martín Carpena de Málaga. El equipo transalpino jugará las Finales, que repiten presencia en suelo andaluz, y se enfrentará en cuartos de final a Argentina, en una serie en la que es claramente favorita.
El equipo que capitanea Filippo Volandri irá, presumiblemente, con su equipo de gala, encabezado por Jannik Sinner y con Musetti, Berretini, Sonego... Mientras que Argentina estará liderada por un Etcheverry que este domingo ha hecho sufrir al propio Sinner en el Masters 1.000 de Shanghai, por Francisco Cerúndolo o por Sebas Báez, un equipo de altura, aunque teóricamente inferior al italiano.
El choque va a estar precedido por el morbo después de las palabras del capitán argentino, Guillemo Coria, sobre el número uno del tenis italiano. El exjugador, quien llegó a ser el número tres del mundo en 2004, cuando alcanzó la final de Roland Garros, acusó a la ATP de haber sido muy considerada con Sinner por su caso de doping y denunció el agravio comparativo con lo que él vivió en su día en el circuito, cuando fue suspendido por un positivo que frenó su carrera hacia la elite.
Su caso tuvo lugar hace 23 años y, aunque se demostró su inocencia, tuvo que estar un tiempo sin poder jugar mientras lo lograba. "Siento que no recibí el mismo trato que él", asegura el 'Mago' Coria en declaraciones a Claytenis.com. "A mí me mató. Estaba en mi mejor momento y luego volví con odio. Me gasté mis ahorros en traerme un equipo de psicólogos de España para que me trataran y mostraran mi personalidad, también contraté un detector de mentiras en Estados Unidos, me hice un estudio genético que mostraba a través de mi pelo lo que consumía, mostré cómo entraba la droga en mi cuerpo a través de un complejo vitamínico, que no era para aprovecharse, pero cuando llegué al juicio en Miami, mi mente ya estaba decidida", reconoce el capitán argentino.
El caso fue sonado porque, para entonces, Coria era una de las grandes promesas del tenis mundial y tuvo que esperar para poder despegar. Y cuando lo hizo, mentalmente estaba tocado. "Lo único que pido es que el trato sea igual para todos", afirma el de Venado Tuerto, quien al igual que Jannik Sinner, dio positivo por la misma sustancia y demostró que no tenía "voluntad de doparse".
"Fue una etapa difícil para mí y le di un cierre, porque no la pasé nada bien", añade Willy Coria, quien el próximo 21 de noviembre se cruzará en una pista, previsiblemente, con un Sinner al que, según él, han tratado de una forma mucho más benevolente que a él. Aunque aún está por ver que sentencia la AMA...