El tenis femenino tiene una nueva víctima, la checa Barbora Krejcikova. Después de caer eliminada ante la china Qinwen Zheng, campeona olímpica y entrenada por el español Pere Riba, en las semifinales de las Finales WTA (6-3 y 7-5), no ha podido evitar pronunciarse sobre el episodio de humillación que ha sufrido por parte de una cadena de televisión y de un periodista en concreto.
El aspecto físico de la tenista número 13 del mundo ha sido motivo de burla para Jon Wertheim y ella le ha respondido alto y claro: "Seguramente habréis oído hablar de los comentarios recientes que se hicieron en Tennis Channel durante la cobertura de las WTA Finals, que se centraron en mi apariencia en lugar de en mi desempeño. Como atleta que se ha dedicado a este deporte, fue decepcionante ver este tipo de comportamiento poco profesional".
"No es la primera vez que algo así sucede en el mundo del deporte. A menudo he optado por no hablar, pero creo que es hora de abordar la necesidad de respeto y profesionalismo en los medios deportivos", ha recalcado en su cuenta de X (antes Twitter).
A sus 28 años, Barbora se niega a callarse más: "Estos momentos distraen de la verdadera esencia del deporte y la dedicación que todos los atletas ponen en el campo. Amo profundamente el tenis y quiero verlo representado de una manera que honre el compromiso que asumimos para competir a este nivel".
Y es que las WTA Finals 2024, que han terminado con la victoria de Coco Gauff en el cuadro individual, han tenido de todo. La anécdota más graciosa nos la ha dejado Iga Swiatek. La polaca no se sabía las reglas de clasificación y ya hay un video suyo que se ha hecho viral en las redes sociales, así como su propia eliminación del torneo.Swiatek derrotó este jueves por un aplastante 6-1 y 6-0 a la rusa Daria Kasatkina en la última jornada de la fase de grupos y, cuando entró en ese partido, la numero 2 del mundo pensaba que para pasar a semifinales tenía que ganar a Kasatkina y esperar que, en el siguiente turno, la estadounidense Coco Gauff (ya clasificada) derrotase a la checa Barbora Krejcikova, también con opciones.
Pero durante la madrugada anterior la WTA corrigió las distintas combinaciones que deberían darse para la clasificación de una u otra jugadora. La clave estuvo en la condición de suplente de Kasatkina, que entró a mitad de torneo por la norteamericana Jessica Pegula, lesionada.Esa condición de suplente hacía que el resultado del partido de Kasatkina no se tuviese en cuenta para romper los desempates. Por tanto, el choque entre la polaca y la rusa era indiferente: ganado o perdiendo, Swiatek dependía de que Gauff ganase a Krejcikova para pasar a semifinales.La jugadora de Varsovia se enteró de ello en la rueda de prensa posterior a su partido, cuando un periodista le preguntó cómo había afrontado un partido que sabía que era intrascendente: "¿Quieres decir que daba igual?", le contestó Swiatek. Luego miró atónita a una cámara y preguntó, "¿por qué?".
La jugadora se encogió de hombros, ladeó la cabeza con gesto de decepción y tras unos segundos murmuró: "Oh... gracias". La sala estalló en carcajadas.