Se ha hablado una barbaridad sobre
el heredero de Banega en Nervión, sobre quién asumiría las tareas del argentino y cubrirí el vacío dejado por su marcha. Lo cierto es que no hay ningún jugador como el rosarino, por lo que no se podía esperar que nadie ejerciera de Banega pero sí encontrar
la fórmula para que se notara lo menos posible su ausencia y en Nervión se está consiguiendo con trabajo coral y pinceladas individuales de mucho nivel.
Entre ellas las ofrecidas por
un Joan Jordán que esta temporada ha dado un paso al frente en el centro del campo y ha asumido galones en las dos vertientes del juego hasta el punto de convertirse en una pieza fundamental. Levanta un muro en la contención junto a Fernando, vertebra la salida sevillista y, además,
aporta profundidad, llegada y acierto en el pase en zonas se influencia.
Esta precisión, tanto en balón parado como en pases largo y filtrados, se ha traducido en números y en una contribución considerable a la sensacional trayectoria sevillista esta temporada. No en vano
, con la servida ante el Osasuna con una pelota medida a la cabeza de Diego Carlos en el 0-1, ya suma siete asistencias en la presente campaña, seis de ellas en Liga, su mejor marca como profesional -el curso pasado firmó tres-.
De este modo, se erige en
el máximo asistente del Sevilla, seguido por Óliver Torres, con cinco, y sigue los pasos de un
Banega que lideró esta tabla en la 19/20 con 11 pases de gol. Además, con la media docena,
es el tercero en asistencias en LaLiga, igualado con futbolistas como
Kroos, Griezmann, Aspas y Correa, y sólo tiene por delante a
De Frutos y Marcos Llorente con siete.
Con estas acciones ha contribuido en
seis victorias nervionenses (Krasnodar, Cádiz, Valencia, Alavés, Getafe y Osasuna), ya que en el 3-0 contra los azulones lo hizo por partida doble. Siempre que ha asistido el Sevilla se ha impuesto, reflejo del peso de
un Jordán que ha heredado la bandeja de Banega.