El
nivel del futbolista en cuestión es sólo un elemento más a la hora de determinar
su precio.
En una negociación entre dos clubes
influyen también otros aspectos, como
la fecha del fin de contrato del jugador,
la presión que ejerza éste para cambiar de aires o la situación económica de la parte vendedora. Y en cómo se muevan en esos parámetros se determina también la valía de un determinado director deportivo.
Su
buen ojo, de hecho, es únicamente otro punto a favor para un
Monchi que, además de ser clave por
la genuina estructura de trabajo que ha ideado
para la secretaría técnica del Sevilla FC y que otros tratan de copiar, destaca por su capacidad para comprar a precios bajos explotando dichas vicisitudes del mercado.
Destacando uno, porque viene a colación, lo hizo en el fichaje de
Lucas Ocampos, a quien sólo le restaba una temporada de contrato con el
Olympique de Marsella, lo que, unido a las necesidades económicas del club galo, facilitó que el Sevilla FC se hiciese por 1
5 millones de euros con un futbolista que unos meses después seguramente valga
entre 40 y 50 kilos, teniendo ya presente la bajada general provocada por el coronavirus.
Últimamente, se ha relacionado al Sevilla con otros dos futbolistas del OM:
Maxime López y Bouna Sarr. Al primero sólo le queda contrato hasta 2021 y el segundo ya ha dicho públicamente que quiere cambiar de aires (presión), lo que serían dos buenas bazas para Monchi a la hora de sentarse en la mesa de Andoni Zubizarreta, si es que el de San Fernando se decidiese a ficharlos.
Los del Vélodrome, además, están sumidos en una crisis económica importante, estimándose que tienen
una deuda de unos 90 millones de euros, lo que les obliga a vender de manera urgente, y eso también ayudará a apretar a los posibles compradores. Sin embargo,
el Marsella ha cogido fuerzas en las últimas horas, al haberse dado por finalizada la Ligue 1 y estar los de André Villas-Boas en la segunda plaza. O, lo que es lo mismo,
en puestos de Liga de Campeones, con los
importantes ingresos que ello supone.
Así pues, la necesidad del OM será algo menor y tendrá, por otra parte, un gran aliciente no sólo para atraer jugadores, sino también para evitar que otros, como Máxime o Sarr, se vayan. Su urgencia por ingresar, no obstante, seguirá siendo importante y, por ende,
aprovechable.