Una relajación incomprensible

Una relajación incomprensible
Los nervionenses tiraron a la basura la primera parte ante el Atlético, sin exhibir la motivación necesaria. - F. Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 2 min lectura
El ‘efecto Caparrós’ sirvió para reanimar a un Sevilla que veía cómo la temporada podía acabar en tragedia. Sus cinco primeros partidos arrojaron un saldo de 12 puntos de 15 posibles, volviendo a ganar fuera de casa, y por partida doble, tras muchos meses, e imponiéndose en el derbi para felicidad de su hinchada.

Pero ahí se paró en seco la reacción. A Getafe, los pupilos del utrerano viajaron dependiendo de sí mismos para retener la cuarta plaza. Pero, desde entonces: un triunfo en cinco encuentros. Y lo que es más preocupante, dejando una imagen de equipo fundido al que todos sus rivales han ganado en motivación. Una incomprensible, e injustificable, bajada de brazos cuando el equipo se jugaba la vida en el decisivo tramo final.

En el Coliseum, dos manos infantiles del Mudo y Escudero cercenaron cualquier opción de victoria; en Girona, otra pobre imagen ante un rival que venía de sumar seis derrotas seguidas y luego ha enlazado otras dos; con el Leganés, sonrojante goleada en casa ante un conjunto que no se jugaba prácticamente nada; y, en el Wanda, otra primera mitad tirada a la basura.

Tras el partido, todos los jugadores reconocían que el equipo salió sin fe. Y Monchi ha tomado buena nota, mostrándose especialmente crítico con esta irresponsabilidad. “No hemos hecho los deberes en los últimos partidos. En el primer tiempo, adolecimos de los mismos errores; mejoramos en el segundo y nos faltó un poco para ganar. Los errores ya los vimos en el partido del Girona y del Leganés. Nos ha faltado competir, intensidad, disputar los balones...”, reconocía el de San Fernando al comentar el partido ante el Atlético en Movistar+, donde admitió las pocas esperanzas de alcanzar la Champions: “No hay muchas opciones, pero vamos a pensar en nosotros mismos; si no ganamos, no sirve de nada”.