El ‘nunca se rinde’ se enfrenta esta tarde a una ‘ITV’ con tintes épicos, en la que cada debilidad mostrada en una temporada tan irregular será examinada con saña en el feudo más inaccesible de
LaLiga. Y ante un Atlético que, con el único interés clasificatorio de cerrar una segunda plaza ya casi atada, desea despedirse este curso del Wanda con una fiesta en honor a Diego
Godín.
Hoy se precisa la versión más extrema de este lema que tantas alegrías ha brindado al sevillismo, la más alejada posible de la evidenciada ante el
Girona y el
Leganés. Se requiere el carácter de aquel
Sevilla capaz de firmar proezas impensables, porque sólo una hazaña le concedería opciones de alcanzar el objetivo de la Champions, si bien, tras las debacles en las citas anteriores, dependerá en todo caso de que el Getafe no se imponga al Barcelona en el Camp Nou o en el cierre al
Villarreal y que el
Valencia sume un punto menos.
Este milagro pasa por otro milagro. El de asaltar un fortín donde el
Atlético sólo ha cedido una derrota y dos empates y romper su pésima racha liguera en los grandes estadios, donde ha atado cuatro puntos de los últimos 102 disponibles.
Por si fuera poco, lo intentará muy mermado por las ausencias de
Mercado y
Promes, que se unen a las de
Carriço, André Silva, Wöber y Banega. Tantas bajas limitan drásticamente las opciones de
Caparrós, obligado a formar en el eje de la zaga con Kjaer y Sergi Gómez, y forzar a Escudero. En la medular apunta a que sentará a Rog en favor de Gonalons, mientras que la chispa corresponderá a Mudo y Sarabia, de partida en los costados pero con la orden de ocupar el centro, con la alternativa de que situara a Munir en la zurda y a Mudo de enganche. Si es el 4-4-2 habitual, el ex azulgrana acompañaría a
Ben Yedder, cuya inspiración se erige en el principal argumento del
Sevilla para firmar su propia epopeya.