En esa idea de reforzar el ataque sevillista en este tramo final del mercado, Joaquín Caparrós y su dirección deportiva han puesto sus ojos en
Allan Saint-Maximin, prestigioso medio galo del Niza por el que el conjunto francés abonó diez millones de euros al Monaco en 2017. Un objetivo que, como ha podido confirmar
ESTADIO Deportivo,
se antoja prácticamente imposible para los rectores blanquirrojos,
después de haber sondeado las condiciones de la operación. Y es que
el Niza solicita 25 millones de euros por un jugador que, en el mejor de los casos, podría acabar abandonando la entidad francesa por
un fijo de 20 millones de euros, llegando los otros cinco en base a objetivos. En Eduardo Dato entienden que se trata de
un precio superior a la valoración real del jugador y, por tanto, habrían dejado aparcado el interés por el momento, intentando avanzar por otros nombres en este epílogo.
La prioridad del extremo, pese a ello, es jugar en LaLiga, de ahí que su entorno esté
intentando cerrarlo con la Real Sociedad, club que sí podría aproximarse a las pretensiones económicas del Niza. Saint-Maximin, de 21 años,
veía con muy buenos ojos la opción de recalar en Nervión, donde no veían problemas en alcanzar
el millón de euros netos por año que solicita el internacional francés sub 21, que actualmente goza de una ficha de
300.000 euros limpios.
Con
más de un agente autorizado para cerrar su fichaje y su familia también de por medio, el coste de la operación
se incrementaría demasiado en comisiones, algo que también habría echado hacia atrás a Caparrós y los suyos.
Cabe destacar que Saint-Maximin, en
su deseo de jugar en LaLiga, ya descartó meses atrás la posibilidad de recalar en Italia, donde
la Fiorentina le daba el kilo por año que solicita.