El
Athletic Club, poderoso en San Mamés tras encadenar ante el Granada su decimoctavo partido sin perder, incluidas 15 victorias, llegará este jueves al Ramón Sánchez Pizjuán para tratar de frenar a un imparable
Sevilla de Jorge Sampaoli.
El equipo de
Ernesto Valverde, ovacionado por La Catedral en el reconocimiento que le tributó el club por su récord de partidos a pesar de tan reciente disgusto, es esta temporada como la noche y el día según juegue en casa o fuera.
Aunque en ninguna de esas dos versiones acaba de generar un juego que satisfaga no ya solo a sus seguidores, sino incluso a su técnico y a los propios futbolistas, quienes asumen que les cuesta lograr la fluidez de temporadas anteriores, aún buscando una manera parecida de plantarse sobre el terreno de juego.
Con lo que ya no están tan contentos ni unos ni otros es con el trato recibido en una y otra faceta. Consideran que no se les valora lo logrado en casa, una racha impresionante, y se hace mucho hincapié en lo de fuera. Un pobre rendimiento de viaje que, innegablemente, va agravándose según avanza el curso.
Y lo peor fue lo del jueves pasado, cuando ante un rival a priori accesible enterraron las ilusiones y esperanzas puestas en una competición en la que el club vasco ve el único camino de conseguir un título de relevancia y, de paso, llevar a sus vitrinas el primer título europeo de su historia.
Caer ante un rival de la entidad del
APOEL y en dieciseisavos de final fue una manera muy distinta de despedirse de Europa a la de la campaña anterior. Entonces, el Athletic le remontó al Sevilla, a la postre campeón del torneo, en el escenario que visita el jueves, una eliminatoria que los hispalenses llevaban en ventaja desde Bilbao y que se tuvo que decidir en la tanda de penaltis.
Fue un mazazo duro el del GSP Stadium, una derrota que aún se masca en Bilbao a pesar del claro 3-1 frente al ingenuo Granada, que hizo casi más que el Athletic para que los 'leones' ganasen. Ese triunfo ante uno de los equipos en puestos de descenso casi toda la temporada era
el decimoquinto en 18 partidos sin perder en La Catedral. Fue la novena victoria en los 13 partidos ligueros jugados en casa, donde solo se llevó el triunfo el FC Barcelona. Y era todavía agosto. Unos números ante su afición de consideración los el equipo bilbaíno.
Pero a domicilio, las cosas son diametralmente opuestas, ya que el Athletic solo ha ganado a un Segunda B, al Racing de Santander en su primera comparecencia copera, desde el 21 de septiembre. Desde que lograse en Granada su segunda y última victoria liguera fuera.
A partir de ahí, con la excepción de la visita liguera al Santiago Bernabéu y la de Copa al Camp Nou, en la que asimismo cayó derrotado, cada partido ha sido un disgusto y un ejemplo de incapacidad para superar obstáculos. Especialmente en Europa, donde, curiosamente, en Chipre hizo su mejor partido lejos de Bilbao.
El rédito de tres triunfos y dos empates en 17 partidos fuera -con 12 derrotas incluidas-, y solo 8 puntos sumado de 33 posibles en Liga, es el escaso bagaje con el que el Athletic se presentará en el Pizjuán a defender sus ambiciones de volver a la zona europea de la que, no obstante,
se encuentra solo a un punto.No parece que vayan a intimidar mucho esos números a un rival embalado, que remontó en la última jornada al
Betis en uno de los derbis más calientes del fútbol mundial y que apenas ha dejado escapar de su estadio cinco de los 33 puntos disputados en Liga.
El Athletic viajará a Sevilla, además, mermado de efectivos, con las bajas seguras de su goleador y jugador más importante,
Aritz Aduriz, y dos titulares más, el joven meta
Kepa Arrizabalaga y el polivalente
Oscar de Marcos. Los tres lesionados.
Son también duda, a la espera de su evolución durante la semana, dos jugadores claves para Valverde en la parte izquierda de la defensa, Aymeric Laporte y Mikel Balenziaga, y el delantero Sabin Merino, que acaba de regresar tras una operación de pubis.
En cambio, recupera a
Raúl García, quien, a pesar de no pasar por su mejor momento, es un jugador importante para compromisos de la enjundia del choque del jueves. Al que el Athletic llega todavía deprimido a pesar de ampliar su impresionante racha en San Mamés con un incontestable triunfo sobre el Granada.