Sólo 21 años. Una joven promesa en el horizonte, pero
una firme realidad en el presente inmediato.
Giorgi Aburjania firmó el pasado invierno con el Nàstic, llegando procedente del Anorthosis, sin hacer demasiado ruido. La salida de David Rocha acaparó todos los focos. Sin embargo, poco tardó en ganarse a la afición sobre el terreno de juego. Apenas conocía el idioma, ni el esquema de Vicente Moreno, pero su presencia en el once acabó siendo una constante. Un fuerte carácter capaz de liderar el centro del campo grana con el jet lag todavía revoleteando por su alrededor. Debutó ante el Tenerife en la jornada 23, sólo disputó 17 minutos de encuentro. Suficientes para para señalar que
su sitio estaba en el tapete y no en el banquillo.
Un mediocentro físico y polivalenteAburjania es un mediocentro muy físico, 1’87 metros de estatura, con una gran capacidad para poder jugar
tanto en el doble pivote como por delante de los dos medios. En el primer rol se desenvuelve con mayor facilidad y en la mediapunta sufre más, ya que es una zona en el campo que exige una toma de decisiones casi automática, faceta en la que Abu aún debe mejorar. Su mayor virtud es la capacidad de jugar fácil. No se complica; verle fallar un pase es tarea utópica. Sabe cuando el juego debe pasar por el centro o cuando debe fluir por las bandas. Es
tácticamente ordenado, no se descompone, y sabe cuando debe aguardar la posición o cuando descolgarse. Otra de sus grandes virtudes es la
capacidad para llegar con facilidad a los metros finales y desde allí amenazar con su gran disparo desde larga distancia. Ante el Bilbao Athletic, en la jornada 30, anotó un golazo después de pegarle seco y colocado, poniendo el balón en el palo derecho de la meta.
Vicente Moreno decidió situarle en la mediapunta, y así el equipo grana ganó en equilibrio. Aburjania no transmitía la misma suficiencia que en el doble pivote pero, aun así, logró destacar con firmeza. Al final concluyó la temporada disputando
16 partidos, 15 de ellos como titular, y anotando
dos goles, además de repartir
otras tantas asistencias. Números que demuestran que el futbolista está más que preparado para tomar las riendas del filial sevillista.
¿El primer equipo? Un sueño en el horizonte, pero en el que las cualidades del georgiano dan serias pistas para poder vislumbrarlo.