Se acaban las palabras para calificar lo que el
Sevilla está haciendo... Hoy se repuso a un gol de todo un Liverpool, en una perfecta segunda parte para levantar la Quinta, sí la
Quinta Europa League en diez años, la tercera consecutiva, algo que nunca antes ningún equipo ha sido capaz de lograr... Y de paso, vuelve a jugar la Champions la próxima temporada.
Todo estaba preparado para una bonita final, las aficiones volcadas y dejándose la voz por sus equipos, las concentración en el terreno de juego, los nervios en la grada y la intensidad en el campo... Un equipo cinco veces campeón de la
Champions y tres de la
UEFA, que no pudo batir al dueño y señor de esta su competición, un
Sevilla que la conoce y y la quiere más que nadie.
El partido fue trepidante en el
St. Jakob Park, digno de una final de la
Europa League entre dos grandes de la competición y de Europa.
Klopp y
Emery salieron con los onces iniciales esperados por todos y en los primeros compases el balón fue más para el Sevilla, ante un Liverpool que presionaba bastante.
Sin embargo, el primer aviso lo dio
Emre Can, con un potente disparo desde fuera del área que obligo la estirada de David Soria. Poco después,
Carriço sacaba la pelota en el área pequeña tras un remate de
Sturridge y la media salida del meta sevillista. Poco a poco, el peligro iba llegando del lado 'red'.
Firmino protestaba, y con razón, una clara mano de Carriço dentro del área que el colegiado no vio.
El Sevilla intentaba localizar a
Banega, que tardaba en aparecer en un partido que se rompía desde bien pronto.
Soria tapaba muy atento el remate de
Sturridge tras una internada de
Lallana. La única ocasión del Sevilla la tuvo en sus botas
Gameiro. Tras un par de rechaces en un saque de esquina pero su remate a media tijera se marchó rozando el poste de Mignolet.
Y a renglón seguido, llegó el tanto del
Liverpool. Coutinho se la daba a
Sturridge, que desde la frontal, se sacó un gran disparo con el exterior que se coló por el palo largo de David soria, que pese a su estirada, no llegó... La locura se desataba en el bando inglés.
El gol dejó noqueado al
Sevilla a falta de 10 minutos para el final, fueron los mejores minutos del Liverpool, al que le anularon correctamente un gol de
Lovren porque Sturridge, que estaba en fuera de juego, molestó a
Soria. El Sevilla pedía a gritos el descanso, que afortunadamente, llegó sin mayores consecuencias.
Y tras la reanudación, apareció el Sevilla de las grandes ocasiones, el Sevilla de Europa, el Sevilla de las grandes noches, el que todos conocen y todos se rinden ante él. Casi sin tiempo para que los aficionados se sentaran en sus asientos,
Mariano se montaba en la moto, hacia un caño a
Alberto Moreno para internarse en el área y poner el balón medido para que
Gameiro la empujara al fondo de la portería y llevará la rabia y la alegría al fondo del Sevilla...
Una vez más, el
Sevilla supo sufrir en el tramo final de la primera mitad, como lo hizo en
Donetsk, como lo hizo en ante el
Athletic Club en cuartos de final... para seguir escribiendo su historia con letras de oro en Europa. El gol fue un jarro de agua fría para el Liverpool que veía como el Sevilla le pasaba por encima.
El equipo de Emery tenía el partido donde lo quería, abierto, con todo por decidir, y ahí se gustó y recordó
Turín, recordó
Varsovia... Recordó cómo se juegan estas finales. Y entonces, apareció el héroe inesperado, un Coke que se sacaba un latigazo desde la frontal para batir a
Mignolet con un tiro ajustado a la cepa del poste. Ya no era rabia, ya era éxtasis...
El Sevilla se ponía por delante, remontaba al
Liverpool y seguía a lo suyo, con la entereza de quien sabe competir en estas lides. No dejó que los de
Klopp se acercaran con peligro a la portería de Soria, al que en ocasiones afectaron los nervios. Tampoco supieron reaccionar los 'reds', que vieron como seis minutos después, otra vez
Coke, batía a Mignolet tras caerle un balón que tocó en Coutinho, dejando en nada su posición antirreglamentaria, con toda la sangre fría del mundo, el capitán del Sevilla se sacaba un disparo con el corazón para batir al portero del Liverpool... No era rabia, tampoco era ya éxtasis, era orgullo, orgullo de un equipo campeón.
Todavía quedaban 20 minutos por delante, pero el
Sevilla se supo manejar con veteranía y teniendo además varias ocasiones para ampliar la renta. Pero ¿para qué? Si este
Sevilla ya tenía la
Quinta en sus vitrinas, la tercera consecutiva, una auténtica barbaridad. Con el pitido final, los jugadores y la afición estallaron en una ola de emoción y celebración.
Coke, MVP de la final, cedía a Reyes el honor de levantar la copa, lo que siempre había soñado el canterano. La Quinta ya viene para Sevilla... No es un sueño, esto es muy real. Tan real como este
Sevilla grande de Europa.
- Ficha técnica:
Liverpool: Mignolet, Clyne, Toure (Benteke 83'), Lovren, Moreno, Can, Milner, Lallana (Allen 73'), Firmino (Origi 69'), Coutinho, Sturridge.
Sevilla F.C.: David Soria; Mariano, Rami (Kolo 77'), Carriço, Escudero; N'Zonzi, Krychowiak; Coke, Banega (Cristóforo 93'), Vitolo y Gameiro (Iborra 89').
Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Amonestó a Lovren, Milner, Henderson y Origi por parte del Liverpool; a Vitolo, Banega, Rami y Mariano por el Sevilla.
Goles: 1-0 (35') Sturridge;
1-1 (46') Gameiro;
1-2 (64') Coke;
1-3 (70') Coke.
Incidencias: Estadio St. Jakob Park. Unos 35.000 espectadores.