El traspaso de Aquivaldo Mosquera supuso un desembolso de ocho millones de euros y no llegó a cumplir las expectativas despertadas por su alto precio. El propio jugador reconoce en la entrevista a ESTADIO, la primera que concede a un medio sevillano desde que se marchó, que su etapa en el Sevilla no respondió en absoluto a lo que él esperaba y afirma que en su segunda temporada como nervionense, la dos con Jiménez al frente, habló con el club para marcharse.
"En mi segundo año le pedí salir al club, porque ya no me sentía a gusto allá. Estaba jugando poco y no lo hacía en mi sitio, sino en el lateral derecho, donde no me encontraba bien, ya que mi posición es la de central, y no se me dio la oportunidad de tener continuidad en el eje de la defensa", explicó Aquivaldo a este periódico, que, no obstante, quiso aclarar que no guarda rencor ni al arahalense ni a la entidad nervionense:
"Me fui por la situación en la que estaba, no porque haya tenido algún tipo de problema con el entrenador o con la directiva. Se presentó la oportunidad de volver al fútbol mexicano con una propuesta buena para todos y la aprovechamos. Salir era necesario para mí".
Pero no todos han sido malos recuerdos para el internacional cafetero, que, pese a las continuas críticas vertidas sobre su aportación, señala que se sintió respaldado en su paso por la capital hispalense.
"La afición se portó bien conmigo en términos generales. La gente que conocí allá siempre me apoyó y estuvo al lado mío y de mi familia en los peores momentos. Hicimos buenos amigos fuera del fútbol, sevillistas que nos trataron muy bien, y también en el equipo.
Aprovecho para mandarle un saludo a Jesús Navas, con el que todavía tengo contacto -viajó a España para asistir a su boda-. Mi hija mayor recuerda muchísimo a Jesús", comentó Mosquera, que confiesa que apenas sigue al Sevilla desde la lejanía, sólo para seguir los pasos del palaciego:
"A veces veo algunos partidos, pero no lo sigo mucho, lo hago más que nada por Jesús, para poder verle en acción".
Además, el de Apartadó indicó que también se llevó grabado en la retina el ambiente del Sánchez Pizjuán, lo cual le sorprendió sobremanera cuando aterrizó como uno de los fichajes para la campaña 2007/2008.
"Me dejó impresionado que el estadio del Sevilla siempre estuviera lleno, con una afición entregada, y eso era muy motivante", aseveró Mosquera, que jugó 41 partidos en la Liga con la elástica del Sevilla (3399 minutos) y se marchó el verano de 2009 rumbo al América mexicano. Su balance de su etapa blanquirroja, realista: "No me salieron bien las cosas".