El Mundial de Zúrich de ciclismo ha llegado a su fin, y lo ha hecho de una forma agridulce para el equipo español. Es cierto que durante las pruebas de las diferentes categorías que se han llevado a cabo estos días ha habido alegrías para los españoles. Paula Ostiz ha conseguido la plata en la modalidad junior mientras que Héctor Álvarez se ha quedado a un paso de las medallas.
Sin embargo en la última carrera de la competición, la prueba masculina de élite, ha habido malas noticias para los representantes de España. Había un equipo cargado de talento y con posibilidades de ocupar las primeras plazas, en el que destacaban Juan Ayuso, Mikel Landa o Enric Mas, entre otros. Pero sólo este último ha podido acercarse a la victoria, que se ha llevado el implacable Tadej Pogacar.
Siguiendo los pasos que él mismo estableció en La Vuelta a España, ha vuelto a ser el mejor español de la competición. En la vuelta por el territorio nacional logró subir al podio como el tercer clasificado, sólo por detrás de Primoz Roglic, que se hizo con la victoria, y Ben O'Connor. Ahora, en la competición que se ha celebrado en Suiza ha logrado su mejor posición en un Mundial, con un gran octavo puesto en la clasificación. Además consigue el mejor resultado para el equipo español desde 2018, cuando Alejando Valverde se proclamó ganador.
Aún así, el mallorquín ha sido autocrítico, asegurando que “teníamos para estar un poco más cerca de las medallas, pero la realidad es que hemos hecho octavos". "Me hubiese gustado un recorrido un poquito más duro, pero ya sabíamos que el Mundial sería así. Iremos a por otro” señalaba el ciclista español, que está listo para seguir mejorando en su carrera.
La victoria ha sido para Tadej Pogacar, que llegaba como favorito y no ha decepcionado, demostrando el nivel inalcanzable en el que está y entrando en la historia del ciclismo como uno de los pocos que ha logrado la victoria en el Tour de Francia, el Giro de Italia y el Mundial en una misma temporada. En el podio le han acompañado O'Connor y Van der Poel.
A pesar del gran resultado de Enric Mas y de la buena clasificación de Roger Adriá en la undécima posición, el equipo español podría haber aspirado a más de no haber sido por dos duras retiradas. Mikel Landa llegaba a esta cita con muchas opciones, después que terminar la Vuelta como el octavo clasificado, pero no ha podido luchar en la carrera debido a unos problemas físicos que le obligaron a abandonar. Algo similar le ha ocurrido a Pello Bilbao, que tuvo que poner fin a su participación después de una dura caída.
Unas bajas que el propio Mas ha lamentado, ya que sabía que estos dos ciclistas eran una parte fundamental del equipo español. "Fue una pena lo de Mikel y Pello, que se cayeron y tuvieron que abandonar. Son dos corredores muy buenos y que saben leer muy bien la carrera. Nos ha faltado su grano de arena, que cuenta muchísimo" explicaba el balear, que sigue cosechando éxitos en las competiciones.