"Siempre defenderé mi deporte limpio". Así se despidió
Juan Carlos Higuero (Aranda de Duero, 38 años), el "León de la Blume" tras anunciar su despedida de la competición ante todo el mundo del atletismo, rodeado de compañeros y en presencia del secretario de Estado,
José Ramón Lete.
"Siempre defenderé mi deporte limpio", dijo
Higuero, campeón de Europa en Birmingham 2007, con lágrimas en los ojos, emocionado y aplaudido por la familia del atletismo, desde el presidente de la Federación,
Raúl Chapado, a sus compañeros en las pistas.
"Sigo siendo el mismo despistado que va en chándal a los sitios, y hoy he venido así adrede. Quiero que me conozcáis así, vine en 1997 así y así me despido, con el chándal de la selección española", dijo
Higuero.
Personaje único, carismático y querido,
Higuero, el "León de la Blume" desde que entró en la residencia de deportistas en 1997, mostró su agradecimiento al lugar donde se formó como atleta y persona.
"He estado 16 años en la Blume, la he aprovechado muy bien, le debo todo a esta casa, me ha educado, ordenado y he aprendido disciplina. Había momentos de animación fuera de la residencia, pero a menudo me quedaba los fines de semana viendo vídeos para ver carreras y rivales", comentó.
Se refirió a sus amigos, compañeros y rivales, a los mismos que le dedicaron palabras que le obligaron a soltar algunas lágrimas, como
Arturo Casado,
Jesús España y
Javi Guerra.
"Me habéis hecho mejor, vuestra calidad me obligó a no dormirme en los laureles. Sois unos grandes. Con
Javi (Guerra) no he competido, pero tengo un segoviano en mi corazón", dijo.
Higuero también se refirió a
Antonio Serrano, "gran entrenador y mentor", a los medios de comunicación, "que habéis sido vitales en mi vida" y a los amigos "retirados y actuales".
Tampoco olvidó el subcampeón del Mundo en pista cubierta el papel fundamental de su familia.
"Pertenezco a una familia de cuatro hermanos, mi padre era camionero y el dinero no nos sobraba. Yo con 10 años quería las mejores zapatillas y estuve un mes llorando para conseguirlas. Con el empuje de mis hermanos me las compré, Valían 12.000 pesetas. Creo que mereció la pena, y aprendí a valorar la cosas", explicó.
Higuero se refirió a sus dos ídolos; "En las pistas, el marroquí
El Guerrouj, y fuera de ellas mi padre, que ha sacado a 6 personas adelante. Valoro cómo sacaron el dinero para las zapatillas , hicieron una gran inversión".
Para finalizar,
Higuero se dirigió a su pueblo, Aranda de Duero, donde continuará en su nueva faceta de organizar carreras, aparte de sus funciones como comentarista de atletismo en televisión.
"Aranda siempre lo he llevado en el corazón y necesito ir allí a menudo. Su nombre siempre lo he llevado en el pecho, me apoyaron en todo momento. Yo he sido profeta en mi tierra y eso no es fácil", concluyó.