Carlos Alcaraz solventó una trampa de primera ronda, contra un alemán Jan-Lennard Struff que venía en un pésima estado de forma, pero que complicó el debut del español en el torneo y le empujó hasta el límite (4-6, 7-5, 4-6, 7-6 (3) y 6-4) en un duelo de 4 horas y 10 minutos.
Alcaraz venía a Wimbledon sin partidos previos en hierba y estuvo cerca de pagar la novatada contra un Struff que, pese a que ha perdido doce de sus últimos trece partidos, tiene un juego que se adapta a la perfección a esta superficie. A base de utilizar su potente saque y acortar los puntos, metió en un problema a Alcaraz, cuyo intento de alejar los favoritismos durante la semana pasada cobró sentido cuando el alemán amenazó con eliminarle.
El murciano necesitó del paso de los minutos para hacerse a las condiciones de la pista, que comenzó y terminó con el techo cerrado por la lluvia londinense, lo que actuó como estímulo para la potencia del germano.
Struff, ante los problemas de Alcaraz para leer su servicio, se aprovechó de una rotura temprana para coger ventaja y poner nervioso a Juan Carlos Ferrero en la grada, que sufría como si fueran suyos los problemas de su pupilo en la cancha.
Poco a poco, Alcaraz se acostumbró a la rapidez del juego y empezó a cazar las bombas del alemán, que salvó las dos primeras bolas de rotura del set, pero que cayó a la tercera. Con el partido igualado, Struff se sostuvo gracias a un primer saque que el dio el 100 % de los puntos que jugó con él en el tercer parcial, y solo tuvo que esperar una desconexión del murciano con su servicio para ponerse con 2-1 de ventaja, un resultado que Alcaraz ha levantado dos veces en su carrera, en la tercera ronda del pasado US Open contra Peter Gojowczyk y en la segunda ronda del último Roland Garros ante Albert Ramos.
Tuvo que sufrir Alcaraz para forzar el quinto. Primero, por la desesperación de los puntos de rotura y es que Struff salvó cinco antes del desempate. Ahí, el germano disfrutó del primer 'minibreak', pero se diluyó con cuatro puntos seguidos perdidos y se encaminó a un quinto set con el aspecto mental muy inclinado a favor del de El Palmar.
Alcaraz aguantó las embestidas de Struff y esperó su oportunidad, que llegó en el noveno juego, cuando aprovechó la segunda pelota de 'break' del set. Rugió Alcaraz y la pista 1 por una rotura que valía el partido y la clasificación a segunda ronda. Un logro que no había que dar pos supuesto con el murciano, ganador de dos Masters 1.000 y dos ATP 500 en la primera mitad del año, pero que venía a Wimbledon con escasa experiencia en la superficie, sin partidos oficiales previos y con unas molestias en el hombre que trastocaron su preparación y le hicieron jugar este lunes con una protección en el codo.
Alcaraz se redimió en una pista en la que cayó el año pasado contra Daniil Medvedev y avanza en el torneo. Su próximo rival será el neerlandés Tallon Griekspoor que le ganó el italiano Fabio Fognini.
Carlos Alcaraz da la clave que le ha permitido ganar a Jan-Lennard Struff: "Ha sido mi mejor partido al saque"
El español Carlos Alcaraz, que consiguió este lunes el pase a la segunda ronda de Wimbledon, reconoció en declaraciones tras el partido que el de hoy ha sido su mejor partido al servicio y que todavía no sabe cómo sacó "tan bien".
Tras conseguir 30 saques directos frente al cañonero alemán Jan-Lennard Struff, Alcaraz se mostró feliz tras conseguir una sufrida victoria y recibir el respaldo abrumador del público en la pista uno del torneo londinense.
"Todavía no sé cómo saqué hoy, ha sido mi mejor partido al servicio. Ese ha sido el arma que usé en el partido", señaló un pletórico Alcaraz.
Al igual que el año pasado, el español avanza a la segunda ronda después de un primer choque que se fue a los cinco sets (4-6, 7-5, 4-6, 7-6 (3) y 6-4): "Eso quiere decir que me gusta mucho jugar en hierba y que no quiero dejar la pista", bromeó.
Reconoció que se sentía "bastante bien" tras el triunfo y que tampoco esperaba moverse "tan bien" como lo hizo por la pista.
Interrumpido en varias ocasiones por los gritos del público, que rugió en su apoyo en los momentos en que más lo necesitaba, Alcaraz se sintió abrumado ante las muestras de cariño y definió la experiencia de jugar en ese ambiente como "algo asombroso".