Adrián López es la ilusión del malaguismo. El jugador llamado a contribuir en la faceta más mermada del equipo, la eficacia de cara a portería. No es su mayor virtud la de hacer goles, sus números lo demuestran, aunque calidad y experiencia tiene para aportar a la plantilla. Cumple su
segunda etapa en la Costa del Sol, lo hizo por vez primera en la
temporada 2008/2009 en Primera División y con Antonio Tapia en el banquillo malaguista.
Mucho ha cambiado el contexto de la Entidad, también el del propio jugador. Sus últimas lesiones y la falta de regularidad en el terreno de juego provocaron su desvinculación con
Osasuna el pasado verano. Desde este inviernos, las llamadas y conversaciones entre delantero y club se dieron asiduamente. Con un periodo marcado por la lesión del gijonés, fue tras su recuperación cuando
Manolo Gaspar y la directiva puso todo su empeño en recuperar para la causa a .
No se lo pensó dos veces. Málaga es
su casa y él lo siente así. Lo afirmó durante su presentación, y recalcó en varias ocasiones su función de compañero y hombro donde apoyarse para los más jóvenes. Es el objetivo del jugador, aportar dentro del terreno de juego, pero también fuera. Todo en
pos del Málaga y sus propios compañeros.
Acompañado de Manolo Gaspar, Adrián lució el
dorsal 21, el cual le acompañará hasta final de temporada. Posó con la elástica en la sala de prensa Juan Cortés de La Rosaleda para, posteriormente, hacer lo propio en el terreno de juego con el balón en los pies. A continuación, las
mejores imágenes de su presentación: