La destitución de José Alberto López, quien sólo ha cumplido medio año de los dos que tenía firmados, obliga a indemnizarle junto a los dos colaboradores que llegaron con él,
Pablo Álvarez y Pedro García. El Málaga intentará no abonar la totalidad del contrato, pero sea cual sea el acuerdo que se alcance con su ya ex cuerpo técnico,
esa cantidad económica repercutirá en el tope salarial y, por tanto, en lo que puede invertir el club en lo que queda de mercado de fichajes.
Hay que recordar que, con el dinero de CVC, unido a la gestión de ahorro realizada por Manolo Gaspar,
el Málaga se guardó un remanente para las dos próximas temporadas de poco más de 5 millones de euros. La idea era, y sigue siéndolo, no hipotecar el futuro deportivo e invertir la mitad en la próxima temporada y el restante en la 23/24.
Pero ese gasto extra de finiquitar al ya ex entrenador blanquiazul, además de tener que afrontar el pago de un nuevo salario a su sustituto, supone
disponer de menos músculo económico para afrontar las contrataciones de los dos refuerzos que pretende incorporar a la plantilla el director deportivo: un delantero y un centrocampista. A lo que habría que añadir que
si Antoñín termina quedándose habrá menos margen aún en ese salario Liga.
Si ya de por sí las alternativas en la ventana invernal no ofrecen demasiadas garantías, con menos posibilidades económicas la dificultad aumenta y mucho.
César Suárez2 min lectura