La temprana eliminación de la
Copa del Rey a manos de un 1ªRFEF como el
Rayo Majadahonda ha sentado peor en la afición malaguista que en el propio equipo. Ya dijo
José Alberto López que lo importante de verdad era la Liga -de ahí
inventos como Cufré de medio centro- y que no podían soportar más lesiones de cara al partido frente al Leganés. Pero lo que tampoco parece dispuesto a aguantar más el seguidor blanquiazul es un mal resultado en casa.
La popularidad del técnico asturiano está muy por debajo de lo aconsejable en relación a los resultados ligueros que el Málaga ha ido cosechando. A estas alturas del campeonato suman los mismos 27 puntos que la pasada temporada con
Pellicer -flamante entrenador del Fuenlabrada- al frente. Pero el contexto no era el mismo: había sanción de LaLiga y sólo podían inscribirse 18 profesionales. Para este curso,
el esfuerzo ha sido mayúsculo y, sin embargo, el salto de calidad no se observa.De ahí que, en el peligroso altavoz de las redes sociales,
el ruido en torno a José Alberto no ha hecho más que aumentar tras quedar fuera de la Copa. Y hasta ahora se salvaba de las derrotas como visitante por el excelente papel en La Rosaleda. Pero
el grave tropiezo frente al Amorebieta ha escocido y la presión ha aumentado. La comunión entre afición y equipo ha sido inquebrantable, pero ahora corre peligro.
Una victoria frente al Leganés lo cambiaría todo para disfrutar con tranquilidad del parón navideño. Finalizar con 30 puntos la primera vuelta sería cumplir con los objetivos marcador de posicionarse bien de cara a la segunda vuelta. Otro marcador negativo no haría más que ensuciar el entorno.
No hay dudas sobre el apoyo durante los 90 minutos de juego de los, aproximadamente, 20.000 aficionados que acudirán este sábado a La Rosaleda. El antes y, especialmente, el después, será otro cantar.
César Suárez2 min lectura