El
Athletic Club y su técnico
José Ángel 'Cuco' Ziganda, volvieron a coger aire por segunda vez en la temporada con una derrota, con un partido perdido ante el líder
FC Barcelona en
San Mamés en el que los leones ofrecieron su mejor imagen en lo que va de curso.
Ante el
Barça, a pesar del 0-2 final, le pasó al
Athletic como cuando perdió en
Mestalla (3-2). Que lo hizo después de complicar enormemente las cosas al segundo clasificado, el
Valencia, en una segunda mitad en la que se mascó el empate.
También planeó el empate durante muchos minutos ayer en
La Catedral, concretamente durante toda la segunda mitad hasta que
Paulinho marcó ya en el descuento el 0-2 final.
Esa contra lanzada por
Leo Messi, rematada por
Luis Suárez y finalizada por el centrocampista brasileño a rechace de
Kepa Arrizabalaga castigó en demasía a un gran
Athletic que hasta entonces solo sucumbió al enorme talento de
Messi, que abrió el marcador tras una pared larga con
Jordi Alba, y la firmeza entre palos de
Ter Stegen, clave con varias paradas espléndidas.
Porque, con el
'Txingurri' de testigo directo, aunque esta vez en el banquillo rival, el equipo bilbaíno volvió a parecerse al de los últimos años con
Ernesto Valverde a su mando. Es decir, un equipo intenso, decidido a resolver las cosas en campo rival y entregado hasta la extenuación.
Le faltó la pegada que acostumbraba con el de
Viandar de la Vera, pero sí hizo ocasiones. Tres de
Aritz Aduriz, una de
Iñaki Williams y otra de
Raúl García, esta al palo, las más claras. Y suficientes para equilibrar el arsenal del
Barçá, que vivió
Messi y
Paulinho, quienes también se toparon con la madera.
En todo caso, el
Athletic mostró una mejoría clara respecto a la horrible semana previa, con partidos a cual peor en
Suecia, donde mereció ser goleado por el desconocido
Ostersund antes de rescatar un empate; en
Leganés, derrotado por un conjunto local con las ideas más claras; y en
Formentera, tuteado por un
Segunda B.
Su segunda semana negra del curso y la que más dilapidó el crédito en un proyecto
Ziganda que no acaba de convencer por lo escaso de su juego, a pesar de comenzar con ocho partidos sin perder y clasificado con holgura para la Fase de Grupos de la
Liga Europa.
Precisamente en el torneo europeo le llega al conjunto vasco este jueves un compromiso con visos de final. El choque en La Catedral ante el
Ostersund, líder de grupo, que si no gana puede significar su pronta despedida de la competición que en las últimas temporadas más ilusiona a la afición rojiblanca.
Se verá entonces si el
Athletic ha recuperado el pulso. Si no solo vive de las paradas de sus porteros
Kepa y
Iago Herrerín; si no cuenta solo con los goles de
Aduriz (8 tantos en lo que va de curso) y
Raúl (5) en las contadas ocasiones que les llegan en condiciones; y si el resto de la plantilla acaba de ayudarles a ellos y a los jóvenes
Unai Núñez,
Mikel Vesga e
Iñigo Córdoba, de lo mejor de su equipo esta campaña.
Se verá el jueves si lo laterales,
Eneko Bóveda,
Iñigo Lekue y/o
Enric Saborit -con
Oscar de Marcos y
Mikel Balenziaga lesionados-, acaban de aparecer al nivel que les exige la categoría; y si los medios centros
Ander Iturraspe y
Mikel San José dan definitivamente el paso que apuntaron el sábado.
También estaría bien que quedase claro por qué no juega
Beñat Etxebarria. Si es porque no anda bien, algo que solo se vislumbró una vez que el técnico decidió prescindir de él en el once habitual, o es que realmente no es del gusto de
Ziganda. Algo que
Cuco no ha dejado aún del todo claro. Y es muy importante, porque
Beñat es el eje sobre el que ha girado el notable
Athletic de los últimos años.
Asimismo necesita el
Athletic más aportación que la goleadora de
Raúl García y más continuidad en el juego y más gol de un
Iñaki Williams que comparte puesto con
Markel Susaeta, ya con
Iñigo Córdoba como relevo definitivo del lesionado
Iker Muniain.
Aunque, sobre todo, lo que tiene que recuperar el
Athletic es la ambición y la intensidad perdidas con la nueva temporada y las probaturas de
Ziganda; y la fe en lo que es como equipo, que no acaba de tener en los tres meses que lleva el nuevo proyecto.
Una apuesta por
Cuco que, aún habiendo cogido aire ante el
Barcelona a pesar de la derrota, se la juega el jueves ante el
Ostersund. Un partido de victoria obligada para no decir adiós a Europa mucho antes de lo esperado.