Son muchos los deportistas y famosos que, después de conseguirlo todo y acumular riquezas desorbitadas, se arruinan por la mala cabeza o las malas compañías. Y a Jorge Martín casi le ocurre lo mismo.
El piloto madrileño ha repasado en el podcast de YouTube 'Tengo un Plan' toda su carrera y ha confesado que hubo un punto de inflexión en su vida tras ganar su primera carrera en MotoGP. Eso sí, si no llega a aparecer su actual pareja quizás otro gallo hubiese cantado.
Ahora que ha firmado un nuevo contrato con Aprilia y se ha proclamado campeón del Mundial de MotoGP por primera vez, la pregunta sobre su fortuna y sobre su nivel de vida estaba en el guion, y el ex de Pramac ha aprovechado la ocasión para mandarle un consejo a todos los pilotos jóvenes que están empezando.
En primer lugar, ha hablado sin tapujos sobre cómo se mueve económicamente el mundo de las motos según la categoría: "Básicamente, en Moto3 yo ya ganaba dinero. En cuanto subí al Mundial, con Aspar, yo ya tenía mi contrato, no me acuerdo pero igual eran 30 o 40 mil euros. Más algún sponsor, con 17 años ya ganaba unos 70.000. Luego, hay pilotos de Moto3 que pueden estar ganando 150.000 euros, o así, con todo. Los pilotos buenos. Pero de la categoría, el 60 por ciento paga y el 40 por ciento gana algo. En Moto2 diría que es al revés, el 60 por ciento gana dinero. Igual están en 300.000 euros o así, que ya es dinero, puedes ahorrar y hacer cosas que te pueden dar tus ingresos. Y un 30-40 por ciento seguirá pagando por estar en Moto2, igual 400 o 500 mil. O más. Y en MotoGP, llegas ganando menos, porque lo que quieres es llegar. Y puedes ganar desde 600.000 hasta los 12 millones por año que se han llegado a ganar".
Y una vez desgranado los ingresos medios de todos, reveló el gran problema que tuvo cuando empezó a ver ceros en su cuenta personal: "Es fácil perderte. Cuando subí a MotoGP, me quedé soltero, gané en Austria mi primera carrera... Y empecé a salir de fiesta. Yo nunca había salido mucho, la verdad, pero empecé a bajar a Barcelona para ir de fiesta. Recuerdo que llegaba un domingo de carreras y me iba a Barcelona de fiesta. Volvía a entrenar a Andorra, y el fin de semana volvía a Barcelona de fiesta. Otra carrera, y así. Seguía siendo rápido, y todo iba bien. Pero llegó un momento en el que en una discoteca llegó una cuenta, que no voy a decir cuánto fue, pero cuando la vi pensé, 'se te ha ido la olla, ¿qué haces aquí?'. La pagué, pero desde ese día hubo un cambio en mí. Ese no era yo. Volví un poco a mis raíces y pensé que eso no podía hacerlo. Ahí corté y se acabó. A los meses conocí a María, a mi novia, y eso me ha ayudado a mantener la cabeza. Pero es muy fácil perderte".
Por último, ha agradecido la "educación" que ha recibido de sus padres y sus abuelos, así como ha recalcado que su motivación en su nuevo equipo no es precisamente el dinero: "Me motiva muchísimo el reto del año que viene con Aprilia, y sobre todo el legado que pueda dejar cuando me retire, y ser alguien. Y eso al final no hay dinero que lo compre. Con lo que tengo, podría retirarme hoy y vivir. Pero quiero ser alguien. El dinero es una consecuencia. Si lo puedo conseguir, perfecto. Pero si no, haría lo mismo ganando dinero que sin ganarlo. Quiero ser una leyenda de MotoGP, que se me recuerde. Trascender a otras generaciones".