Muy pocos deportistas, no solo atletas, si no en cualquier disciplina, tienen la superioridad que muestra en el salto con pértiga Armand Duplantis. El joven sueco lleva años donde compite contra sí mismo, y esta noche en París se ha vivido la exaltación de esa lucha que vive contra su propio límite. Tras quedarse cerca de hacerlo en el Europeo de Roma hace unas semanas, ha tenido que ser en los Juegos Olímpicos donde salte su propio récord del mundo y pase el listón por encima de los 6,25 metros, en una de las mayores exhibiciones de la historia del atletismo.
Para el sueco, la final fue como una preparación para la marca, y de hecho, pese a estar en juego un oro olímpico, al escandinavo en ocasiones se le vio distendido, sin nervios, hablando con los rivales e incluso sentado en el banco con la mirada pérdida, reflejo de la relajación. Pero muy pronto tuvo hecho el triunfo, de hecho, con un salto de más 5,95 estaba, pero la amarró batiendo el récord olímpico al brasileño Thiago Braz, que el 15 de agosto de 2016 lo estableció en 6,03 metros, y él se fue hasta los 6,10. Pero quería más, y lo hizo.
Porque la victoria se la llevó con un salto de 6,25 metros, en su tercer intento, batiendo su propio récord mundial. El sueco, muy confiado en sí mismo, se reservó lo mejor para cerrar la jornada de atletismo en Saint Denis, de dónde salió aclamado como un verdadero héroe en reconocimiento por la gesta que hizo para asombrar al mundo entero. Detrás de él, a años luz de distancia, la plata se la colgó el estadounidense Sam Kendricks con 5,95, y el bronce, el griego Emmanouil Karalis con 5,90.
Otro de los protagonistas de la jornada fue, de nuevo, Noah Lyles, que menos de veinticuatro horas después de proclamarse campeón olímpico de los 100 metros volvió a la pista del Estadio de Francia para superar, como un mero trámite, la primera ronda de los 200 y meterse en semifinales. El campeón mundial de la distancia se impuso en su serie con 20.19, el sexto crono de todos los participantes, mientras que sus compatriotas Kenneth Bednarek (19.96) y Erriyon Knighton (19.99), subcampeón mundial, fueron los únicos en bajar de los veinte segundos. El dominicano Alexander Ogando (20.04) el que más se acercó. De todas formas, aún queda lo importante, las semifinales y la final, donde se jugarán de nuevo el tipo, y tras lo visto en estos días en la capital gala, Lyles es favorito.