En el entorno del Valencia CF siempre hay demasiados puntos calientes y focos de tensión que dividen la atención. El equipo che está firmando una notable temporada que incluso podría aspirar al sobresaliente, ya que las plazas europeas están a sólo seis puntos (a cuatro, si la Copa libera la séptima) a pesar de que la directiva no ha hecho casi nada para darle herramientas a Rubén Baraja, quien ha paliado la falta de fichajes con un excelente ojo clínico para ir promocionando canteranos que están ofreciendo un rendimiento altísimo. El próximo sábado, 2 de marzo, con motivo de las no menos calientes visitas del Real Madrid y de Vinicius a Mestalla, hay convocada una manifestación contra Peter Lim que promete ser histórica y multitudinaria. Desde hace días hay una camioneta de 10 metros de largo y cuatro de alto que se pasea por la 'terreta' con un cartelón amarillo con el ya popular lema 'Lim, go home' (vete a casa) y la crispación entre la masa social y la propiedad de club ya no puede ser mayor.
En medio de todo ello está Baraja y muchos de sus conocidos auguran que sólo es cuestión de tiempo que se canse de líos y promesas incumplidas por Meriton, coja la puerta y se largue. El entrenador blanquinegro pasó en la madrugada de este jueves por los micrófonos de 'El Larguero', de la Cadena SER, y fue preguntado por sus planes de futuro. En este sentido, ante las mismas respuestas esquivas que el 'Pipo' suele dar a las preguntas sobre su renovación que le hacen en sala de prensa alegando que no es el momento de hablar de eso, fue cuestionado de manera muy concreta para saber cuál sería su condición ineludible para continuar sentado en el banquillo local de Mestalla y seguir puliendo a los jóvenes diamantes que están sacando las castañas del fuego a una entidad en plena reestructuración económica.
"¿Cuál es el requisito para continuar en el Valencia? Quiero que la ambición del club vaya de la mano con la mía propia", señaló, en una respuesta mucho más directa de lo que habría cabido esperar. En ella, entre líneas se puede leer lo mismo que apuntan los críticos, que la relación entre el esfuerzo de Baraja y el de la propiedad del club está muy descompensada. No obstante, después de sincerarse de manera concisa en 14 reveladoras palabras, el técnico valencianista volvió a su concentración en el día a día del grupo y aparcó de nuevo los comentarios sobre individualidades y sobre su futuro. "Ahora no toca pensar en eso", recalcó.
Eso sí, Baraja señaló que sus conversaciones son con Miguel Ángel Corona, director deportivo; con Javier Solís, director corporativo; y a lo sumo con Lay Hoon, la presidenta. De los que están por arriba, ni sabe ni contesta. "No conozco personalmente a Peter Lim", admitió el técnico che, que remarcó su compromiso y arraigo con este club: "Creo de verdad que no es el momento adecuado para hablar de mi renovación. Todavía queda un tercio de temporada. Voy a estar abierto a hablar. Siento mucho a este club y ha sido fundamental en mi vida. Me siento valencianista", añadió, tratando de tranquilizar así a quienes intuyen que se acabará cansando, como le pasó a Javi Gracia, a Genaro Gatusso e incluso a Marcelino García Toral.
"Sin duda, la posibilidad que me dio el Valencia es el sueño de cualquier entrenador. Era un riesgo que me apetecía tomar porque creía tener la capacidad para sacarlo adelante. La temporada pasada fue una muy dura y en ésta nos hemos marcado un objetivo más alto", explicó Baraja, quien ensalzó el papel de los jóvenes y confío en poder mantenerse a todos ellos para la 24/25: "No me da la sensación de que nuestros canteranos se vayan a ir pronto. Cualquier jugador joven sabe que, si va a Valencia, va a jugar y eso es un escaparate para muchos".
Al margen de la duda razonable sobre su futuro y a los líos institucionales, se suma la morbosa expectación mediática, pues ese mismo día visitará el estadio de Mestalla el Real Madrid en el que será el regreso de Vinicius tras su denuncia de racismo, con las cámaras de Netflix grabando un documental. Los ojos de todo el mundo estarán puestos en las gradas y Baraja recuerda que es una oportunidad para demostrar la verdadera cara de esta afición: "Esta semana me va bien, pero es un trabajo difícil con muchos vaivenes. Es un día para disfrutar. Cuando el Madrid viene aquí surge cierta competitividad y rivalidad, pero que no pase de ahí. El Valencia históricamente es una afición que se ha portado muy bien y que ha sabido respetar. No es un partido más. El Valencia siempre hace buenos partidos en casa contra el Madrid".
"El partido del sábado es una oportunidad para demostrar qué tipo de afición somos. La temporada pasada, tres o cuatro personas hicieron algo que no estuvo a la altura de lo que esperamos de los aficionados del Valencia. Su comportamiento fue inadecuado en todos los sentidos. No nos sentimos identificados con ellos en ningún momento. El Valencia actuó con celeridad a la hora de expulsarlos, además de por vida, que es la medida más poderosa del club. La sensación que tengo y espero es que el partido del sábado tendrá un ambiente deportivo, con tensión, con lo que pide un partido de estas características. Pero como club y afición tenemos la oportunidad de mostrar la imagen de lo que somos, de lo que hemos sido y de lo que vamos a ser. Históricamente, el Valencia tiene una afición ejemplar y esto que sucedió es un episodio aislado".