Fernando Ruiz
Los dos últimos partidos de pretemporada ha encendido las alarmas entre la afición del Sevilla Fútbol Club. Algunos incluso se llevan las manos a la cabeza, mientras otros, más sosegados, bajan la pelota al suelo aunque avisan del camino que puede tomar la pretemporada en su tramo final, pues tan sólo quedan tres amistosos antes de arrancar oficialmente contra el Valencia en LaLiga y jugarse la Supercopa de Europa ante el Manchester City en Atenas.
Para ser justos, también es cierto que los internacionales acaban de llegar y apenas tienen ritmo, y algunos incluso todavía ni han jugado, como son los casos de Loïc Badé, Youssef En-Nesyri y Yassine Bono, que no viajaron a Alemania para quedarse en Sevilla trabajando en su puesta a punto. Y eso, evidentemente, ha dejado a parte de la afición con las orejas tiesas, sobre todo después de dos derrotas donde el equipo de Mendilibar ha evidenciado una falta de gol alarmante y unos errores defensivos preocupantes, donde Dmitrovic ha encajado cinco goles en dos partidos.
Porque en Sevilla, un día estás en los altares y al siguiente te pegas el porrazo en el suelo. Pues algo así le ha pasado al serbio (siempre en el contexto de una pretemporada). Si el pasado miércoles daba el Trofeo Antonio Puerta al Sevilla en la tanda de penaltis y haciendo que muchos ni se acuerden de Bono, la figura del marroquí este fin de semana en Alemania ha vuelto de golpe a la afición sevillista tras ver la actuación de Dmitrovic.
No es que el serbio haya sido el culpable de la derrota ni mucho menos, pero también es verdad que algún gol podría haber hecho mucho más, y claro, si vienes de tres años acostumbrado a un portero que salva partido, para penaltis, te da puntos e incluso marca un gol, pues cualquier otro te sabe a poco.
Y esto ha provocado un nuevo debate, ¿hay que vender a Bono? ¿Es Dmitrovic el sustituto ideal? ¿Hay que fichar a un titular o a un suplente? Son muchas las dudas que hay en el sevillismo y lógicas, sobre todo viendo que Bono se va a ir por una cantidad no acorde a su valor deportivo. Bono es más portero que Dmitrovic de aquí a Lima, cualquier debate en la portería sería estúpido, y para colmo no vienen dándote la pasta que mereces por un portero de su calibre. El PSG apenas ha ofrecido 12 millones, el Bayern ocho... Se desliza que Sevilla estaría dispuesto a dejarlo salir no ya por 20, sino por 18... Y yo no entiendo nada, o bueno, sí.
No me vale que me digan que tiene 32 años, porque un portero a día de hoy, cuidándose como lo hacen los profesionales y en especial Bono, puede estar en la elite hasta cerca de los 40 si quiere, y si hay necesidad de vender, que lo hagan con otros futbolistas, En-Nesyri, por ejemplo, Ocampos, Acuña o hasta Badé, porque si hay alguien irremplazable en este Sevilla ese es Bono, por mucho que Mendilibar se empeñe en demostrar lo contrario, y mucho menos, por una pringá, que diría alguno.