Valentín Barco atraviesa por una situación extremadamente delicada en el Sevilla que ya recuerda a la sufrida en su paso por el Brighton el curso pasado tras dar el gran salto al Viejo Continente. Aterrizó en Nervión por Acuña despertando muchas expectativas y más después de su interesante carta de presentación en su debut, pero a día de hoy su realidad no invita precisamente al optimismo, porque, básicamente, se ha caído de los planes de García Pimienta.
En primer lugar, el argentino perdió la batalla con Adrià Pedrosa en el carril zurdo a pesar de que, por un momento, parecía que se había impuesto a tenor de dos titularidades consecutivas ante Valladolid y Athletic, si bien la visita a San Mamés marcó un antes y un después. Y es que el de 25 de mayo terminó de confirmar su déficit atrás al conceder una autopista a los 'Leones' y el técnico sevillista le sentó en el descanso para desplazar a Carmona a la zurda.
A partir de ahí, el carril zurdo ha correspondido a Pedrosa a excepción del partido de Copa, en el que gozó de los 90 minutos pero desperdició la oportunidad, porque sufrió en su banda ante un rival muy inferior y tampoco desbordó en ataque, lo que le cerró más si cabe la puerta en el lateral.
No obstante, la lesión de Ejuke le abrió una ventana a la esperanza, pues Barco se desempeñó en numerosas ocasiones en Boca de interior y de extremo zurdo y entró en las quinielas como relevo para el nigeriano junto a Idumbo. De hecho, Pimienta lo probo en esta posición durante la segunda parte contra el Espanyol y no desentonó, aportando cosas diferentes al belga, más vertical pero menos participativo. Sin embargo, después de malgastar su ocasión copera, el técnico optó de nuevo por Idumbo, si bien la decisión más sangrante para Barco llegó cuando el extremo del filial cayó lesionado a los 25 minutos y el míster, en vez de recurrir al argentino, como hizo contra el Espanyol, recurrió a Jesús Navas como extremo diestro y situó a Lukébakio por la izquierda.
No quedó ahí el desplante a Barco, pues tampoco lo consideró en la segunda parte con el marcador en contra, pues también antepuso al canterano Isra Domínguez, que ingresó en el campo por Juanlu para dejarle finalmente sin minutos en lo que parece una declaración de intenciones. Y es que sus movimientos contra la Real no apuntan a que el periodo de baja de Idumbo, alrededor de dos semanas, supongan una puerta abierta al once para Barco a pesar de ser uno de los recursos que le ofrece la plantilla al preparador nervionense. Contra el Leganés se comprobará si es una sentencia irrevocable o todavía tiene tiempo para redimirse.