Era evidente que se iba a estar mucho tiempo hablando del partido entre el Sevilla FC y el Real Madrid, disputado en la tarde-noche de este sábado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán con el debut de Diego Alonso en el banquillo local y en la última cita liguera del líder antes de recibir al FC Barcelona la semana que viene en pleno 'caso Negreira'. Desde varios días antes, el club merengue pusieron todos los focos de la previa en el árbitro, Ricardo de Burgos Bengoetxea, emitiendo en su televisión oficial un polémico vídeo en el que acusaba al colegiado vasco de haberle alejado del título la temporada pasada por sus decisiones en El Clásico. El vídeo fue replicado desde Nervión y el colegiado tenía clavadas la mirada de todos los ojos del mundo; pero por mucho que se quejen desde la capital, contento no dejó a nadie.
Desde los pellizquitos en el moflete de Ramos a Rüdiger, el enganchón de Vinicius con En-Nesyri y Ocampos, los lamentables gritos racistas al brasileño a los que el Sevilla FC reaccionó con una rapidez y una contundencia elogiadas por el propio atacante... Al choque no le faltó la controversia y, como bien reflejan en portada los principales periódicos madrileños, Ancelotti se marchó de Sevilla echando humo y exclamando: "Si digo lo que pienso del árbitro me caen muchos partidos". "Ha hecho un partido de nivel y ha acertado en todo", decía con fina ironía el italiano, desde sala de prensa.
El Real Madrid se queja de haber sufrido "un robo" en la capital andaluza y denuncian hasta tres acciones decisivas. Una, con líneas supuestamente mal trazadas en el fuera de juego señalado a Bellingham para anular el tanto de Fede Valverde nada más empezar el encuentro. A decir verdad, o está adelantado por medio taco o, a lo sumo, está ligerísimamente por detrás, según la toma de la imagen que se mire dentro de las muchas que circulan por las redes sociales este domingo.
También protestan los blancos que De Burgos frenase una rápida contra que acabó en gol del inglés -había pitado antes de que el balón cruzase la línea del centro del campo- para interesarse por el estado de Ocampos después de un "piscinazo" del argentino en el que el árbitro vasco no pitó falta. La tercera pata de la indignación del Real Madrid es un posible penalti de Navas sobre Vinicius.
Sin embargo, en el Sevilla FC no terminaron ni mucho menos satisfechos con De Burgos Bengoetxea por dos motivos. En primer lugar, las redes sociales arden con el hecho de que ni siquiera señalase falta en un feo pisotón de Bellingham en la rodilla de Rakitic, que quedó dolorido en el suelo. Son amigos, el inglés se disculpó rápidamente y todo siguió como si nada, pero la joven estrella del Real Madrid se paso de frenada al deslizarse a ras de suelo con las botas por delante y no es la primera vez. Ya realizó una entrada muy similar en el derbi capitalino ante el Atlético que lesionó al colchonero Ángel Correa y que se quedó en amarilla. Esta vez ni eso.
También protesta el sevillismo un durísimo placaje de Ferland Mendy sobre Jesús Navas, irrumpiendo con el hombro en el pecho del palaciego, que acababa de regatear a Vinicius con una ruleta con caño incluido al brasileño. La acción se produjo a escasos centímetros de uno de los jueces de línea, pero el árbitro no sólo tardó un poco en pitar la evidente falta, sino que también lo dejó sin amonestación.
Por último, la hinchada nervionense considera que el punto se pudo escapar en el último minuto del tiempo de alargue, cuando el colegiado vasco señaló una falta en la frontal a Lamela, demostrando luego la repetición que el argentino se lanza por detrás pero toca balón y lo intercepta límpiamente.