El mercado del Sevilla FC, según Monchi: "Hay quien confía, pero otros siempre quieren más"

En una entrevista con Tsartas, el director deportivo nervionense analiza la ventana de fichajes, el agitado ruido en las redes sociales y lo relativo del error y del éxito

El mercado del Sevilla FC, según Monchi: "Hay quien confía, pero otros siempre quieren más"
Monchi vive los partidos del Sevilla FC con alta intensidad. - Lince
Aitor TorviscoAitor Torvisco 6 min lectura

Pasado y presente del Sevilla FC. Vassilis Tsartas, una de las mejores zurdas que han pisado el Ramón Sánchez-Pizjuán, y Monchi, el director deportivo más afado del fútbol europeo, fueron compañeros en el conjunto nervionense y conservan una relación de amistad sustentada en el indudable sentimiento sevillista de ambos. El griego ha demostrado su amor por los colores de este club con recientes visitas, la última de ellas en diciembre, siempre con el de San Fernando como 'cicerone'.

Ahora, se han vuelto a unir y Monchi se ha dejado entrevistar por Tsartas, que le ha hecho varias preguntas de esas que no se le suelen hacer a los directores deportivos. Se le cuestiona por posibles fichajes, salidas, renovaciones y detalles de negociaciones, pero no por sus propios sentimientos durante una época tan agitada como es el mercado de fichajes, un período que acelera aún más las pulsaciones de los apasionados aficionados al fútbol y al Sevilla, en concreto.

Monchi, en este sentido, asegura tener un conocimiento bastante aproximado del sentir del sevillismo, tanto en lo bueno como en lo malo, y comprende esa bola de la exigencia -generalmente desmedida- que las redes sociales se encargan de magnificar. "La felicidad que se trae con un título... eso la gente lo quiere seguir teniendo. Y por eso se acaba el mundo cuando pierde un partido el Sevilla FC. Es lo que les ocurre a los equipos grandes, al Madrid y al Barcelona. El Sevilla FC está a ese nivel y en la elite el nivel de exigencia es muy alto. Tenemos que convivir con eso", declaró el director deportivo del Sevilla FC, quien suele dejarse ver por Twitter o Instagram.

"Soy una persona activa en las redes, las uso mucho y mando mensajes de vez en cuando. De tranquilidad, de confianza, de felicidad... Hay una mayoría que confía, pero también hay gente que quiere más, porque el club ha crecido mucho a nivel económico. Pero yo intento controlar aquello que puedo y centrar los esfuerzos en donde puedo producir algo positivo para el equipo, que es mi trabajo", insistió el exportero, que se abrió ante las preguntas de su amigo Tsartas, intentando explicar qué sensaciones experimenta, como un empleado del Sevilla FC que al mismo tiempo es otro pasional aficionado.

"Siempre he entendido mi crecimiento como algo que la vida me ha regalado y lo que tengo que ser es agradecido. Pero sigo siendo Monchi, no tengo por qué ser distinto. Si hubiese cambiado, las cosas no me habrían ido bien. Cuando termine esta entrevista me voy a San Fernando, mi pueblo, a comer con mis amigos de la infancia. Para qué voy a cambiar, me gusta ser así", manifestó Monchi, quien asegura que, con el tiempo, ha aprendido a pulsar de vez en cuando el siempre necesario botón de la desconexión.

"He dejado fluir mi vida como soy. Hay muchas maneras de liderar un grupo, mi manera de entenderlo es creando más líderes, no creando seguidores. Yo soy el jefe, tengo 150 personas que dependen de mí, pero ellos saben perfectamente cómo soy yo. Casi nunca tengo que utilizar el cartelito de jefe. Porque ellos me entienden. Soy exigente. A mi guardia más cercana le he trasmitido que ellos tienen que tomar decisiones. Soy un defensor de la teoría del error, me he equivocado mucho y de cada error he aprendido", relata sobre su día a día al frente de la dirección deportiva del Sevilla FC, aprendiendo constantemente a convivir con una presión siempre 'in crescendo'.

Finalmente, partiendo de la conversación sobre esa misma presión que sufren los profesionales y que están obligado a entender como parte de su trabajo, pone el foco en la necesidad de desligarla de los escalafones inferiores y las etapas de formación, pues cree que en esa carrera por ser siempre el mejor y el primero se pierde la perspectiva de que sólo se trata de niños a los que hay que proteger y preparar de manera paulatina.

"Hay una presión familiar para que los chicos lleguen a futbolistas que a veces no ayuda. Recuerdo que mi padre iba a verme a jugar al fútbol a un partido y punto. No decía nada. Ahora veo excesiva implicación, que en algunos casos es buena, pero en otros no ayuda. El niño de 15 años tiene que entrenarse, estudiar y disfrutar con los amigos. Si no, creamos monstruos que están obsesionados y el siguiente paso es la frustración", reflexionó Monchi en la entrevista con Tsartas.