El Sevilla FC tiene una evidente necesidad en el eje de su defensa. Por número y por calidad. La salida de Sergio Ramos, el indiscutible líder de la zaga y del equipo el pasado curso, ha dejado a García Pimienta con Kike Salas y Badé, al que todavía no ha podido tener a sus órdenes por su presencia en los Juegos Olímpicos, como únicos elementos fiables, amén del experimentado Nemanja Gudelj, al que ha probado tanto de central como de mediocentro, su posición original.
A partir de ahí, no le quedará más remedio que contar con Nianzou, aun son muchas las dudas en torno al rendimiento del francés, prácticamente imposible de colocar por su elevado salario y la amortización pendiente de su fichaje. Una situación parecida a la de Marcao, aunque en el caso del brasileño han sido inflexibles desde el club y le han dejado claro que no tiene cabida en el proyecto, instándole a buscar una salida.
Pese a todo, el ex del Galatasaray sí ha contado con minutos en esta pretemporada, al contrario que Joan Jordán y otros descartes. Jugó poco menos de media hora ante el Sporting de Portugal y un tiempo similar ante el Al-Ittihad en el Trofeo Antonio Puerta. Incluso, hay quien ha elogiado sus apariciones, al dotar de mayor contundencia a una zaga que no acaba de aclimatarse al nuevo estilo del técnico catalán, al que le gusta tirar muy arriba la línea defensiva. Pero el problema no son tanto sus cualidades, pues en general ha respondido cuando ha sido de la partida, como sus eternos problemas para estar disponible.
A poco que fuerza, Marcao se resiente y vuelve a caer lesionado, adoleciendo diferentes dolencias físicos que hacen muy complicada su presencia en un fútbol de elite. Su último percance, según ha informado el club, es un edema en el cuádriceps derecho que le ha impedido participar en la sesión de este lunes, en la que sí ha reaparecido el meta Nyland tras la leve lesión que le mantuvo apartado del grupo la pasada semana.
No se ha aclarado el tiempo que estará de baja el brasileño, que en cualquier caso no podrá estar en el amistoso de este próximo miércoles ante el Granada, con lo que sigue dando motivos para que el Sevilla FC no dude en su decisión. Desde que arribó a Nervión hace dos temporadas a cambio de 13 millones de euros, como gran apuesta de Monchi, sólo ha podido jugar 21 partidos y un total de 1.258 minutos. Unos números que han llevado al convencimiento de no esperarle más.
El problema, como siempre, es que el zaguero tiene un buen contrato (hasta 2027) y a sus 28 años, después de dos campañas apareciendo con cuentagotas, no hay muchos clubes que de verdad estén interesados. Sus agentes lo mueven por Turquía, donde aún mantiene cierto cartel, pero de momento no hay nada concreto.