En el actual contexto económico del Sevilla FC, la apuesta realizada el pasado verano para firmar a Peque fue una las más importantes de la dirección deportiva que comanda Víctor Orta. De hecho, sólo se abonaron dos traspasos, el del atacante catalán, tras acordarse con el Racing de Santander el pago a plazos de los 4 millones de euros que marcaba su cláusula de rescisión, y el de Lucien Agoumé, adquiriendo el 50% de su pase al Inter de Milán por la misma cantidad.
En el caso del futbolista de Hospitalet, su gran campaña pasada en Segunda división con el conjunto cántabro, con el que firmó 19 goles y 3 asistencias, le abrieron de par en par las puertas de la máxima categoría, siendo varios los equipos interesados en su fichaje. En Nervión llevaban tiempo detrás y se movieron rápido para cerrar su llegada. Y aunque los inicios no fueron fáciles (7 minutos jugados en las tres primeras jornadas de LaLiga), Gerard Fernández, que es como se llama en realidad, ha dado un paso al frente y ha convencido a García Pimienta, que está explotando sus virtudes como enganche tras variar su dibujo habitual en el centro del campo.
Tras participar en los seis últimos encuentros, cinco de ellos como titular de forma consecutiva, incluso ha tenido la oportunidad de estrenarse en este parón con la selección española sub 21, viendo incluso puerta en su segundo encuentro frente a Malta. Un crecimiento que también se ha reflejado en su valor de mercado, que ha pasado de 3 a 5 millones de euros, según la web especializada Transfermarkt.
"Estoy muy contento con Peque por la actitud, por el compromiso. Es un chico que está comprometido, que entrena siempre bien, que sabe de sus capacidades, también de sus limitaciones y las está mejorando muchísimo. Se ha ganado de momento estar jugando y lo está haciendo muy bien, pero también es un chico joven que todavía tiene mucho margen de mejora", ha asegurado sobre su figura el técnico catalán, que ya lo tuvo a sus órdenes en el filial del FC Barcelona.
El conjunto azulgrana será, precisamente, el rival del Sevilla FC este próximo domingo, por lo que se trata sin duda de un partido especial para Peque. Además, no tiene una espina clavada, sino dos, que fueron las veces que el conjunto culé lo descartó. Hace ya una década desde que el hoy jugador blanquirrojo arribó por vez primera al club de la Ciudad Condal tras despuntar en los alevines del Cornellà. Pero su pequeña estatura, de ahí su apodo, le dificultó ganarse un sitio, especialmente en su segunda campaña, cuando estuvo a la sombra de Pablo Moreno, hoy en Osasuna B, por lo que los técnicos decidieron desprenderse de él tras cumplir su etapa infantil, como recuerda Sport.
Tras salir del Barça. Peque regresó al Cornellà en la 16/17 y volvió a brillar en dicho equipo durante tres campañas, especialmente en la última de ellas, en la que anotó 28 goles con el Juvenil B y llegó a debutar con el primer equipo. Un crecimiento que llevó a Víctor Valdés a solicitar de nuevo su fichaje en 2019 para el Juvenil A, lo que hizo que la entidad catalana tuviese que pagar una buena suma de dinero, respondiendo con 21 goles aquella campaña.
Sus números, en cambio, no fueron tan buenos en las dos siguientes temporadas, ya con el Barça Atlètic, donde se estrenó de la mano de García Pimienta. Sólo sumó 6 goles y dos asistencias en 48 partidos y los azulgranas le enseñaron de nuevo la puerta de salida pese a que su contrato recogía dos años más opcionales. Fue entonces cuando llegó libre al Racing, el trampolín para aterrizar en un Sevilla FC con el que este domingo tratará de reivindicarse en su primer partido frente al equipo que lo descartó dos veces.