El Sevilla FC ha pedido la cesión de Ansu Fati, un futbolista que por edad (21 años), sentido de pertenencia (pasó fugazmente por los escalafones inferiores nervionenses y su padre siempre ha abogado por su vuelta) y momento (estancado, tras una grave lesión y otras menores), encaja perfectamente en el plan de regeneración que auspician José María del Nido Carrasco y Víctor Orta en la 24/25 para enjugar las pérdidas por el adiós europeo y las heredadas de la pandemia. El aterrizaje en el banquillo de Xavier García Pimienta, que pernoctó este lunes en la capital hispalense y que este miércoles será presentado, se presenta como un aliciente para pelear con mayores argumentos por el atacante, al que conoce de la cantera del FC Barcelona y del que podría ser un valedor para su resurrección deportiva, tras un préstamo infructuoso en el Brighton (cuatro goles y una asistencia en 30 partidos, disputando poco más de 1.000 minutos).
El hispano-guineano concedía este lunes una entrevista a 'Mundo Deportivo' en la que abogaba por resurgir de sus cenizas culés y convencer al nuevo entrenador, Hansi Flick, que planea verlo en pretemporada, aunque tiene a priori pocas oportunidades de quedarse. El otro diario de la Ciudad Condal, 'Sport', desvela que las primeras conversaciones desde el Ramón Sánchez-Pizjuán, aprovechando la presumible presión que harían en agosto tanto el chaval como su progenitor, han sentado las bases de hasta dónde podrán llegar en Nervión: entre un 25% y un 30% de su salario, que es de 14 millones de euros brutos (contando bonus), por lo que el esfuerzo en blanquirrojo sería inferior a los dos kilos netos. En la Premier, al Barça le ha costado menos de tres antes de impuestos, ya que el resto lo asumía el cuadro adiestrado por De Zerbi, de ahí que Laporta priorice un destino que pague traspaso o afronte el salario casi íntegro.
Además, el Sevilla FC podría encontrarse con un hándicap añadido: las relaciones institucionales con sus homólogos culés, bastante deterioradas tras el comunicado por el 'caso Negreira' y el plantón de Del Nido Carasco y Castro en el palco de Montjuic. Aparte de devolver en el último choque del presente curso la prohibición a la afición visitante de lucir distintivos de su equipo, no ha habido normalización tras la ruptura que motivó el órdago nervionense en septiembre del año pasado. Ahora, tras el indulto del presidente azulgrana, algunas fuentes apuntan a que éste habría vetado a los hispalenses hasta que no se produzca una disculpa pública, mejor en forma de comunicado también. Como tampoco las condiciones del trato serían óptimas para los intereses catalanes, Laporta tiene la coartada perfecta, pero la 'venganza' subyace en su decisión.