Infiel a sí mismo por el bien general

Aunque ya en Las Palmas matizó alguna vez su predilecto 1-4-3-3, prácticamente nunca salió con dos extremos natos, acostumbrando a acostar en banda a interiores como Viera o Moleiro

Infiel a sí mismo por el bien general
Los nervionenses celebran el triunfo en El Gran Derbi. - CORDON PRESS
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura

Si hay durante este parón un ganador en el Sevilla FC, ése es Xavier García Pimienta, que ha pasado en pocas semanas de señalado a renovado inesperadamente por Del Nido Carrasco, respondiendo con mejor juego y, sobre todo, resultados. Si su equipo no conocía el triunfo en las cuatro primeras jornadas de LaLiga, acumula tres victorias y un empate en las cinco siguientes, suficientes para despegar en la clasificación de Primera división y divisar el futuro con mayor optimismo. En parte, por una infidelidad que ha aceptado por el bien común de su relación con la escuadra nervionense. Y es que, aunque ya en la UD Las Palmas matizó a veces su predilecto 1-4-3-3 (transformado coyunturalmente en un 1-4-2-3-1 o un 1-4-5-1), no dio continuidad por lo general a otro sistema ni se decantó por extremos natos que taponaran en cierta forma a los laterales, claves en su juego.

Ya se habló en estas páginas de su gusto por el lateral interior, vía que ha exprimido sobre todo con Adrià Pedrosa y Valentín Barco, si bien para él Álvaro Lemos, Marvin Park y Julián Araújo (por derecha) y Sergi Cardona (por izquierda) debían ganar continuamente línea de fondo, proyectándose por dentro los atacantes que comenzaban por fuera para generar superioridades y favorecer las asociaciones. De hecho, su dibujo solía ser como culé y como amarillo asimétrico, con alas más puros en un costado y mediapuntas acostados en el otro (Jonathan Viera, Alberto Moleiro...). También reconvertía delanteros que, más que romper hacia la banda, lo hacían con diagonales (Munir El Haddadi, Sandro Ramírez...). En Nervión, se ha rendido a la pertinencia del mediapunta ('Peque' Fernández), bastante por delante de un doble pivote y con extremos claros como Chidera Ejuke y Dodi Lukébakio.

Su apuesta inicial por el 'trivote', en el que trató de integrar al polivalente Juanlu Sánchez, quedó aparcada a partir del fiasco en Vitoria contra el Deportivo Alavés, donde no dio continuidad a las variaciones introducidas contra el Getafe CF, pero, ya con el 1-4-2-3-1, venció a Real Valladolid y Real Betis, arrancando un empate postrero en San Mamés contra el Athletic Club. Como complemento, cierto énfasis en la contención que ha sido desconocido en su etapa anterior, incluso con cambios notorios en este sentido para mantener marcadores favorables, explicados en parte por las cuatro expulsiones sufridas en nueve jornadas. Únicamente cuando arreciaban los resultados adversos en su epílogo como grancanario, lo que llegó a amenazar una permanencia holgada que se labró en la primera vuelta, se pudo ver un 1-5-4-1 con su sello. Ahora, con lo ofensivo como prioridad, no hay problemas en replegarse y apostar por la contra (ya van tres porterías a cero).

Porque tiene hombres para ello. No en vano, LaLiga reconocía a sus dos estiletes principales, el nigeriano y el belga, como dos de los cinco mejores regateadores del campeonato hasta la fecha. Ejuke es, de hecho, el primero (con 28 recortes exitosos), más que el barcelonista Lamine Yamal y el madridista Kylian Mbappé, al tiempo que Lukébakio empata con Vinícius Júnior en la cuarta plaza de ese ranking, con 20 regates completados. Una muestra del nuevo ideario que, pese a ser a contraestilo, permite a García Pimienta encauzar su primer gran proyecto en la elite del fútbol español al frente de uno de los históricos de Primera división.