Cuestionaban durante la junta general de accionistas de este lunes a los dirigentes del Sevilla FC, en el eterno turno de ruegos y preguntas, sobre los entresijos del adiós de Monchi, el mejor director deportivo de largo en blanquirrojo en la centenaria historia de la entidad, que tuvo que marcharse no por la puerta de atrás, aunque sí con su imagen muy deteriorada, tanto por su deficiente mercado estival de la 22/23 como por las desavenencias que se filtraron con los dirigentes, escenificadas en unos últimos días de auténtico vodevil, con desfiles sin respuestas por el Ramón Sánchez-Pizjuán. En el acto de despedida, que por poco no se celebra donde debía, volaron cuchillos entre un intercambio de elogios donde se notaba que todos se mordían la lengua. El vicepresidente primero, José María del Nido Carrasco, ofreció la versión de la parte que sigue, quizás la menos conocida.
Ahora, le ha sucedido Víctor Orta, que, muy a su pesar, está repitiendo un poco la historia, con parte de la afición en contra por los malos resultados deportivos, la temprana destitución de José Luis Mendilibar y la cuestionable elección de Diego Alonso para el banquillo. "Todos le estamos tremendamente agradecidos, pero nadie echó a Monchi. Tras la consecución del título de la Europa League, tuvimos un comité de dirección al que trajo su planificación y donde nos dijo a Pepe (Castro) y a mí que se quería ir a descansar y que deseaba que se le liberase de la cláusula de salida. Le transmitimos que ese derecho de cobro era del Sevilla y que, si se iba a descansar, no hacía falta que le perdonásemos nada. Él tenía prisas y, dos días después, nos dijo lo mismo, y le respondimos que, si se quería ir, que se fuese. El año fue duro, es cierto. Al lunes siguiente, nos dijo que estaba agotado", comenzó argumentando el segundo de a bordo.
Y terminó así: "Por en el camino, salió en 'Marca' que el Aston Villa estaba interesado en él. Le preguntamos si eso era verdad. Nos dijo que sí y le comentamos que debíamos cobrar los 2,5 millones de euros y los dos meses de preaviso como penalización. Luego, recibí una llamada de alguien del Aston Villa, que me dijo que, según Monchi, le íbamos a perdonar esa cantidad. Le dijimos que no, y entonces procedieron a restarle de su futuro salario esa retribución, y de ahí vendrá su enfado, imagino. No le hemos perdonado nada. No hay más. Nadie le dijo a Monchi que no preparase los bocadillos del infantil. Es la única realidad, le deseamos mucha suerte y la está teniendo, porque el Aston Villa está arriba. Y nosotros, muy contentos de que le vaya bien".