No pudo ser. España necesitaba una carambola (ganar por más de dos goles a Inglaterra y que Portugal, ya clasificada para la siguiente fase, venciese a Francia) para seguir viva en el Europeo sub 17 de Chipre, pero la tercera derrota consecutiva en otras tantas jornadas hace que el combinado adiestrado por Hernán Pérez termine como colista del Grupo D, sin un solo punto en su casillero, por lo que tendrá que volver a la casa a las primeras de cambio. En la expedición estará Manu González, guardameta titular para el seleccionador desde la reciente Ronda Elite y miembro de los escalafones inferiores del Real Betis, con cuyo juvenil A, flamante subcampeón de la Copa de Campeones y próximo participante en la Youth League, ha terminado compitiendo este curso. El de Isla Mayor, recuperado de una lesión en el duelo inaugural, no pudo evitar el descalabro.
Una buena intervención con 1-1 ante Nwaneri al poco de la reanudación fue la gran aportación del cancerbero heliopolitano. La 'Rojita' fue a remolque durante todo el partido. Desde demasiado pronto. Exactamente, desde el minuto 6, cuando Mheuka abrió el marcador con un certero movimiento dentro del área que culminó con un derechazo imparable. España reaccionó. Sacó a relucir su mejor versión. Controló la pelota y cercó a la portería británica hasta que Arnu se sacó un golazo de la chistera. Primero, se deshizo con un sombrero Noble; después, quebró a Mfuni al bode del área; terminó su obra de arte con un golpeo por la escuadra de la portería defendida de Whatmuff que dio esperanzas a sus compañeros. Aan así, necesitaba tres goles más. Poco a poco, su empuje se fue diluyendo hasta que Inglaterra, por medio de Moore, acabó con cualquier atisbo de, como mínimo, completar la remontada. Con un zapatazo desde fuera del área, superó a Manu González y finiquitó las opciones de su rival.
Después, el tanto final de Nwaneri, a cinco minutos del epílogo y en un mano a mano con el de la otrora Villafranco del Guadalquivir, fue la puntilla para un grupo que en algunos momentos del campeonato presentó brotes verdes. Sin embargo, éstos no sirvieron para nada y, después de tres derrotas, España se marchará a casa con la decepción de ni siquiera haber conseguido puntuar y de entregar enseguida su cartel de favorita, por historia y empaque, a otras potencias que sí respondieron a las expectativas y a sorpresas como Austria, que se está convirtiendo en la gran revelación del campeonato que se disputa a orillas del Mediterráneo.
Villa Gómez / EFE