La Policía Nacional ha tomado medidas drásticas para garantizar la seguridad en el partido entre el Lugo y la Ponferradina que se llevará a cabo este domingo a las 19:30 horas. Esta decisión se ha tomado después de la detención de ocho ultras que estuvieron involucrados en una violenta riña durante un partido el pasado mes de abril.
Los ocho arrestados pertenecen a grupos ultras radicales, en particular, a las Brigadas Lucenses de extrema izquierda y al Frente Norte de extrema derecha. La pelea en la que participaron involucró a alrededor de cuarenta personas y ocurrió el 2 de abril. Cuatro de los detenidos son de León, tres de Lugo y uno de A Coruña. Actualmente, todos están en libertad, aunque se han impuesto medidas cautelares, incluida la prohibición de ingresar a estadios de fútbol.
Este incidente tuvo lugar en la jornada 34 de la temporada 2022/2023 de Segunda División, el mismo partido que se jugará nuevamente en el presente. Sin embargo, ambos equipos han descendido de categoría desde entonces.
Durante la pelea, se produjeron actos de violencia que incluyeron patadas y puñetazos, así como el lanzamiento de botellas y mobiliario de locales de hostelería cercanos. La investigación posterior permitió a la Policía Nacional confirmar la afiliación de los ocho arrestados a estos dos grupos ultras, que históricamente han estado en conflicto.
La Policía Nacional ha destacado que estos grupos ultras suelen utilizar eventos deportivos como pretexto para llevar a cabo conductas violentas. Dada la historia de enfrentamientos entre estos grupos, el partido de mañana en Lugo ya ha sido declarado de alto riesgo.
Las autoridades están tomando medidas adicionales para reforzar la seguridad y evitar altercados entre los miembros de estos grupos ultras. El objetivo principal es garantizar la seguridad de los asistentes al partido y prevenir cualquier situación violenta que pueda surgir.
La Policía Nacional ha llevado a cabo la detención de 22 individuos vinculados a una red criminal que tenía acceso anticipado a las transmisiones en vivo de partidos de tenis y fútbol antes de que la señal llegara a las casas de apuestas. Esto les permitía realizar apuestas exitosas de manera sistemática.
Tres de los 22 arrestados han sido enviados a prisión, incluyendo a un "trader" o operador de una destacada casa de apuestas. Este operador, en colaboración con los líderes de la organización, se encargaba de validar las apuestas realizadas en línea por los miembros de esta red delictiva.
Además, el líder de la organización también se encuentra tras las rejas después de ser arrestado en Rumanía y posteriormente extraditado a España.
Los individuos pertenecientes a esta banda se dedicaban a manipular partidos en diversas disciplinas deportivas, enfocándose especialmente en las ligas asiáticas y sudamericanas de fútbol, la UEFA Nations League, la Bundesliga, el Mundial de fútbol de Catar 2022 y torneos de tenis ATP e ITF. Su acceso privilegiado a las transmisiones en vivo les brindaba una ventaja injusta en sus actividades de apuestas, lo que generaba ganancias ilícitas.