Certificada de forma matemática la primera clasificación para Europa en sus casi 94 años de historia, el Girona tiene en su mano entrar por la puerta grande en el viejo continente. Con 13 puntos de ventaja sobre el Athletic Club, quinto, y sólo 15 por disputarse, en el club catalán ya acarician el billete para la próxima edición de la Champions League.
Pero, más allá de la posibilidad de que la UEFA vete su presencia en la máxima competición europea por su relación con el City Group y la norma contra las multipropiedades, algo que la entidad gironí confían en que no suceda, hay otro grave problema al que tocará hacer frente.
Así, las exigencias que la UEFA impone a los estadios de los equipos participantes en la Champions ponen en el foco en unas instalaciones algo anticuadas como las de Montilivi. Principalmente, porque no se permiten gradas supletorias, y en el feudo rojiblanco hay hasta tres diferentes.
Por ello, en el Girona ya trabajan para buscar una solución. "En el momento en el cual el Girona sea de Champions empezará un reto muy grande para el club y nos debemos poner las pilas, ese es el objetivo y estamos preparados", avanzaba Pere Guardiola, tercer máximo accionista del club.
En la actualidad, el aforo del feudo gerundense es de 14.624 localidades y el club cuenta con casi 10.000 abonados, algunos de los cuales se quedarían fuera si la UEFA no da su brazo a torcer, amén de hacer imposible la captación de nuevos socios con derecho asiento, pues hay más de 14.000 en la nómina global.
"Estamos intentando que se puedan utilizar todas las gradas, pero todo hace pensar que no podrá ser y que nos quedaríamos con 9.000 asientos disponibles en total. Nuestra prioridad es jugar en Montilivi porque es un sueño de todos, pero debemos analizar todas las situaciones y quemar etapas. No queremos que ningún abonado se quede sin la Champions", explicó al respecto el hermano del técnico del Manchester City.
Entre esas “situaciones” a las que se refiere Guardiola no se encuentra, sin embargo, la reforma de Montilivi, que en cualquier caso no estaría acabada a tiempo para septiembre. Lo que sí baraja es la posibilidad de jugar los partidos del gran torneo continental de clubes en otra ciudad, lo que supondría al mismo tiempo una importante incomodidad para los seguidores rojiblancos.
"El plan B es ir a Barcelona", avanzó, anunciando una medida que podría provocar un mayoritario rechazo por parte de la afición. Otras opciones serían realizar sorteos entre los socios para los partidos de Champions o carnets diferenciados para dicha competición y la Liga.