El Girona regresa a LaLiga en lo que será su primer partido del 2025. tras caer eliminados de la Copa del Rey por el Logroñés, el combinado rojiblanco aún no ha podido estrenarse en este año que recién ha entrado, por lo que su primer encuentro del 2025 será ante el Alavés en Mendizorroza. Para el encuentro frente a los vascos, Míchel vuelve a mirar a la enfermería y pierde a dos efectivos que ponen en un aprieto al técnico vallisoletano. Ni Asprilla ni Portu estarán disponibles para el choque liguero, por lo que se abre una nueva vía de escape para Tsygankov que apunta a volver a la titularidad tras su lesión debido a la falta de efectivos en la banda derecha.
Míchel no podrá contar para el duelo de este fin de semana en Mendizorroza con Asprilla y Portu. Ambos sufren una contusión en su tobillo izquierdo, por lo que el técnico vallecano ha apostado por dejarlos reposar en Girona y no viajarán con el equipo a Vitoria. El que sí lo hará será Tsygankov que vuelve a la convocatoria del Girona tras no disputar ni un solo minuto desde la jornada 14. El ucraniano ha visto una vía de escape con la lesión de Portu y Asprilla para regresar por la puerta grande y apunta a ser titular en el primer partido del año del equipo rojiblanco. El atacante sería la gran novedad del once de Míchel, mientras que la noticia de la convocatoria es la presencia del portero Pau López, una vez frustrada su salida. Oriol Romeu, por su parte, regresa tras cumplir sanción.
El Girona ha firmado una primera mitad de curso discreta e irregular, con altibajos, con dos rachas de seis partidos sin ganar, penalizado por las plagas de lesiones que han dejado fueras a Tsygankov,, una pretemporada deficiente y la pérdida de jugadores clave como Artem Dovbyk, Sávio Moreira o Aleix García. Pero pese a todo ha comenzado el año octavo con 25 puntos: son los mismos que la Real Sociedad, el Betis, y el Osasuna, séptimo, noveno y décimo, y cinco menos que el Mallorca, sexto con un partido más. El Girona ha sufrido porque la exigencia de las tres competiciones ha impedido entrenar como hubiera deseado Míchel, pero ahora afrontará un calendario más relajado, con semanas enteras para preparar los partidos después de los compromisos europeos contra el Milan y el Arsenal.