La dirección deportiva del Girona ya trabaja en una próxima temporada que se presenta tan ilusionante como exigente por la clasificación para la Champions League, lo que obliga a reforzar de manera contundente la plantilla para cumplir en todas las competiciones.
Así las cosas, el club gironí anunció ayer el primer fichaje para la próxima campaña, más concretamente a Ladislav Krejci, un central procedente del Sparta de Praga por el que suspiraban numerosos clubes, pues a sus 26 años, más allá de su solvencia en el eje de la zaga, destaca por su capacidad goleador. Ha pagado 12 millones.
Pero este proyecto de Champions no solo necesita incorporaciones de nivel, sino también salidas que permitan hacer huecos a los nuevos y en ello trabaja Quique Cárcel, director deportivo rojiblanco y consciente de la necesidad de aligerar plantilla con la despedida de futbolistas que no entran en los planes de Míchel para el ambicioso proyecto de Champions.
Así, la llegada se Krejci precipita un adiós de un central que ya se presuponía y al que ya se le busca destino para cerrarlo cuanto antes. Se trata del defensa peruano Alexander Callens, que aterrizó en Montilivi en enero de 2023 procedente del New York City y que el verano anterior se marchó cedido al AEK de Atenas de la Super League griega al no contar para el técnico después de medio año en el Girona.
El préstamo en la capital ateniense ha sido fructífero, pues ha contado con continuidad, y ahora el Girona puede obtener algo de rédito con su traspaso definitivo, teniendo en cuenta que llegó con la carta de libertad.
Así las cosas, en el acuerdo de cesión se pactó una opción de compra por una cantidad que ronda el millón de euros y, según ha podido confirmar esta redacción, el AEK pretende hacerse con sus servicios, aunque no por la cantidad acordada.
La intención de los helenos es negociar a la baja, por debajo del millón y en Montilivi no lo ven con malos ojos tanto en cuanto está completamente fuera de los planes y, como apunta As, llegó a ponerse sobre la mesa una rescisión de mutuo acuerdo. Al menos, en este caso, ingresará un pellizco en sus arcas aunque no sea mucho.
Callens, de 32 años, ha disputado un total de 2.174 minutos en el AEK repartidos en 25 partidos y con un saldo de dos goles en una temporada en la que el club ateniense ha terminado segundo en la competición griega.