A la Selección de Portugal encabezada por Roberto Martínez tan sólo le queda un amistoso antes de viajar a Alemania para comenzar (e intentar ganar) la Eurocopa 2024. Como principal baluarte, un Cristiano Ronaldo que hizo notar su presencia en el amistoso de los lusos ante Croacia que se saldó con derrota por la mínima ante los de Luka Modric. Pero si nos centramos en los objetivos que tiene el delantero del Al Nasrr de cara a este torneo, sin duda, hay uno que se eleva por encima de todos y que representa la máxima prioridad en el que puede ser el último torneo como internacional de su carrera.
Actualmente hay muchísimos récords relacionados con la máxima competición de selecciones organizada por la UEFA donde el nombre de Cristiano Ronaldo aparece como el ostentador de dicho título. Estos los podemos dividir en dos grupos para contextualizar mejor lo que significa este futbolista para la historia del fútbol europeo. Aquellos hitos que actualmente ostenta y que puede seguir ampliando con su participación en Alemania 2024:
Al margen de los datos más impactantes (y sólo son algunos de ellos) que acabamos de reseñar y que actualmente acumula el delantero portugués, Cristiano Ronaldo puede batir además dos récords más que lo elevarían hasta el olimpo de la historia del fútbol (si es que no lo encabeza ya). Uno de ellos se relaciona con una faceta en la que quizá no ha destacado mucho a lo largo de su carrera o que no ha ocupado los principales titules, pero que tiene la oportunidad de sacar a la palestra: convertirse en el jugador con más asistencias en toda la historia del torneo (necesita una más). Con 39 años y con un jugador de su propia selección al acecho de este hito, también puede consagrarse como el jugador más veterano en anotar un gol en la Eurocopa.
Pero para Cristiano todo eso es secundario. Hay algo que tiene clavado en su cabeza. A pesar de que en la consecución del título por parte de Portugal en el año 2016 y con su capitán teniendo un papel fundamental a lo largo del torneo, su retirada en la final ante Francia a los 25 minutos de iniciarse, le crea una necesidad: levantar el título de nuevo, pero siendo decisivo y estando presente en el partido más difícil. Jugando esa hipotética final.