Sara Portillo Maya8 min lecturaEspectacular ambiente en el Metropolitano para recibir al Real Madrid en el partido de octavos de final de Copa del Rey. Una eliminatoria a partido único donde el Atlético de Madrid acudía con la idea clara de resarcirse ante su público, mientras que el conjunto blanco buscaba su ‘revancha’ en el único campo en el que ha ‘pinchado’ este curso. Un segundo derbi para una semana emocionante para colchoneros y blancos en el que, pese a que el Real Madrid arrancó con más hambre de gol, fueron los locales los que inauguraron el luminoso. Como era de esperar la tensión fue en aumento y el partido terminó siendo uno no apto para personas con problemas cardíacos.
El Real Madrid quiso ser dueño y señor del partido pronto, fue el que más propuso sobre el verde del Metropolitano en los primeros minutos del primer tiempo. Hasta el ecuador, de hecho, las ocasiones de peligro estaban teñidas de blanco con Bellingham como uno de los mayores exponentes. Fue de hecho el inglés el que estuvo a punto de inaugurar el luminoso en el minuto 12 de partido, con una gran maniobra dentro del área que terminó repeliendo el palo corto de la portería de Oblak. El guardameta colchonero no falló en otras dos ocasiones con una actuación magistral: la primera, sacando el despeje de Giménez después de un intento de Rodrygo que se envenenaba; la segunda, echándose sin miedos a los pies de Vinicius y evitar el remate.
En el minuto 21 llegó la primera clara colchonera, de un testarazo de De Paul que hizo saltar a prácticamente todo el estadio de las butacas. Y tras eso, el fútbol de los colchoneros mejoró, incluso Morata quiso hacerlo bonito intentando una chilena desde dentro del área defendida por Lunin, pero no logró perforar la portería visitante. Despertó a tiempo el Atlético de Madrid y, aunque los de Ancelotti eran más alegres en su ataque, el primero de la noche fue para el conjunto local, merced a un disparo cruzado de Samu Lino desde el área pequeña y después de un centro de De Paul que rechazó Rüdiger. Poco duró la alegría, pues tres minutos más tarde el 1-1 subió al marcador del Metropolitano tras una pésima actuación de Oblak a una falta botada por Modric.
Al igual que en el primer periodo, el Real Madrid de Carlo Ancelotti salió del túnel de vestuarios con más alegría en el ataque. Y al igual que sucedió en el primer tiempo, fue el conjunto colchonero el que terminó marcando antes merced a un error clamoroso de Lunin. No estaba siendo el día para los guardametas. El 2-1 fue de Álvaro Morata, después de que Camavinga despejara para Lunin un centro, muy indeciso el portero terminó estrellando el balón en la pierna de Rüdiger y terminó cayendo a los pies de Morata. No necesitó más que empujar el esférico para desatar la euforia en las gradas del Metropolitano.
Las pulsaciones fueron subiendo a medida que avanzaban los minutos y la tensión se palpaba tanto sobre el terreno de juego como en las gradas, donde eran constantes los silbidos. También Vinicius recibió algún insulto. Con todo, el partido fue entrando en una dinámica de locura y las imprecisiones, fruto de las precipitaciones, comenzaron a ganar protagonismo. Ni uno ni otro equipo conseguía estar cómodo, aunque los de Simeone estaban metiendo en problemas al Real Madrid, aprovechando a un Lunin que no estaba en su mejor momento. Los entrenadores sabían que tenían que mover ficha y Ancelotti decidió sentar a Rodrygo para dar paso a Joselu. Y él fue precisamente el encargado de empatar el duelo para mantener a los blancos vivos en la eliminatoria bajo un buen servicio de Bellingham. En el último suspiro Mario Hermoso, y haciendo la réplica de una ocasión de Vinicius frustrada por Oblak, cabeceó, pero Lunin atrapó. Y el partido terminó yendo a prórroga.
Comenzó la prórroga con los dos equipos algo cansados por la acumulació de minutos, pero con mucha fe. A veces, más que cabeza. Se iban haciendo la réplica tratando de volver a ponerse por delante en el marcador cuanto antes.
En la primera parte hubo un ligero dominio madridista, pero los blancos no generaron ocasiones claras. Mucho más efectivo fue el Atlético de Madrid. Primero lo intentó Llorente con un potente disparo que terminó atrapando en dos tiempos Lunin. Luego, Vinicius intentó sorprender por el costado derecho a Oblak, pero no hubo suerte. Al final fue Antoine Griezmann, el máximo anotador histórico del Atlético de Madrid, el que apareció en el minuto 100 aprovechando la pérdida de Vinicius para perforar la portería de Lunin y puso el 3-2 en el marcador del Metropolitano.
Era el todo o el nada para el Real Madrid en la segunda parte de la prórroga, así que intentaron hacer todo lo posible para, al menos, devolver el empate al luminoso. En esta ocasión, a los de Simeone les tocó soportar el asedioy trataron de jugar con un juego más vertical y a las contras. Bellingham se topó con las manoplas de Oblak, Rüdiger la mandó algo alta... el tiempo pasaba y los blancos desesperaban. Una de esas contras fue muy bien aprovechadas por el Atlético de Madrid que terminó matando el partido con un gol de Rodrigo Riquelme en el minuto 118.
Atlético de Madrid: Oblak, Giménez, De Paul (César Azpilicueta, minuto 105; Savic, minuto 115), Koke, Griezmann, Saúl (Nahuel Molina, minuto 56), S. Lino (Rodrigo Riquelme, minuto 90+2), M. Llorente (Pablo Barrios, minuto 97), Morata (Memphis Depay, minuto 97), Witsel M. Hermoso.
Real Madrid: Lunin; Carvajal, Rüdiger, Nacho (Fran García, minuto 105), Mendy (Brahim, minuto 65); Modric (Kroos, minuto 65), Valverde (Tchouaméni, minuto 73), Camavinga (Ceballos, minuto 105), Bellingham; Rodrygo(Joselu, minuto 80) y Vinicius.
Árbitro: Guillermo Cuadra Fernández. Amonestó con cartulina amarilla a Vinicius (minuto 45); Camavinga (minuto 57); Álvaro Morata (minuto 58); De Paul (minuto 78); Koke (minuto 80); Tchouaméni (minuto 87); Bellingham (minuto 89); Carvajal (minuto 89), Witsel (minuto 113)
Goles: 1-0, Samu Lino, minuto 38; 1-1, Oblak, minuto 45; 2-1, Álvaro Morata, minuto 58; 2-2, Joselu, minuto 82; 3-2, Antoine Griezmann, minuto 100; 4-2, Rodrigo Riquelme, minuto 118.
Incidencias: Partido de octavos de final de Copa del Rey entre Atlético de Madrid y Real Madrid desarrollado en el Cívitas Metropolitano, donde 67.623 espectadores se dieron cita.