Antonio José Medina
“Estoy enfadado porque era gol. Los jugadores no pueden desaparecer del campo y el portero se aprovecha para tirarse tras perder el balón. Es gol. Yo no lo entiendo. No sé qué es lo que ven, no lo entiende nadie. Analizaremos la jugada a ver si por inspiración divina nos llega la explicación. Habrá que meter gol desde el centro del campo para que nada interfiera”. El técnico del Celta, Rafa Benítez, expresaba así el sentir del celtismo -o el que él intuye que es- en este arranque liguero. Independientemente del enfado de Iago Aspas, independientemente de que Rafa Benítez no haya dado con la tecla y, por eso esté cuestionado, independientemente de los errores -algunos mayúsculos- que él y sus jugadores han cometido en determinados partidos... el Celta tiene motivos para quejarse. Y la protesta que tiene este sábado preparada la afición está más que justificada.
Son cuatro goles y, según sus cálculos, ocho puntos. Tengan o no razón en su juicio -y en algunos casos la tienen-, la diferencia está en que, con lo obtenido actualmente, el Celta está en posiciones de descenso y, con esos puntos, todo iría más tranquilo en mitad de la tabla y estaría mirando hacia arriba con optimismo en lugar de hacerlo hacia abajo.
El Sevilla 'pagará' sus consecuencias. O se aprovechará de ellas. Pues igual que habrá presión para los árbitros este sábado en Balaídos también la habrá para unos jugadores que sólo han sacado seis puntos en once jornadas. Números de descenso sin paliativos y con una proyección que superaría por poco los veinte puntos. Una vergüenza que sólo la nefasta temporada de los andaluces Granada y Almería impide que sea aún peor.
"No encontramos ninguna explicación a lo que está pasando. Lo del viernes -ante el Girona- fue tremendo. Tuvimos una reunión con el CTA para que nos diesen unas explicaciones y resulta que las que nos dieron en el partido de la semana pasada o ante el Real Madrid ahora no valen y son totalmente contrarias. (..) Veremos cómo actuamos pero poco hay que hacer. Si valiese de algo, elevaríamos una protesta al CTA pero ya le trasladamos la preocupación del club y la realidad es la que estamos viendo", señalaba Carlos Cao, director de Operaciones del equipo celeste.
Cao ratificó el pasado fin de semana a Benítez y al proyecto "de tres años" que emprendieron con él, y señalaron a un Luis Campos que es el que menos culpa tiene de todo esto. La planificación no ha sido la mejor, pero las trabas que se le han puesto han influido bastante. Y ha logrado traer a Benítez, a un Bamba que querían equipos de Champions, a todo un goleador como Douvikas, recuperar a Carles Pérez... Con la única baja destacada de Gabri Veiga. Incluso se han refinanciado en todo este proceso, pues han ingresado el doble de lo que han gastado. La culpa no es del que ha fichado. Hay que buscarla en otro lugar.
Los árbitros son parte de ella, pero no toda. Benítez y Cao echan balones fuera y movilizan a la afición. Eso resulta a corto plazo, pero como no se gane al Celta se les volverá en su contra. Y todo saben que, cuando eso ocurre, sólo hay uno que paga los platos rotos.