"Lo de entrenar me llama mucho la atención de años para acá. Trato de aportar a los jóvenes, me lo tomo como una responsabilidad por los años cumplidos y la experiencia. Ver que les va bien me gusta. Coincidí con Fabián y le metía mucha presión, le decía que yo no podía correr más que él y le daba una colleja... Ahora, lo veo triunfando y me siento bien. Eso nos ayuda mucho a cumplir los objetivos", refería en noviembre de 2023. Unos meses antes, avisaba que su físico le iba a dar "para jugar un año más al máximo nivel. Terminar con 37 podría ser algo bonito". Además, ya sentía "la cosquillita" de convertirse en técnico, por lo que sería "un buen momento para enfocarse en eso también". Por lo tanto, a nueve meses de terminar contrato con el Club León y de afrontar una más que posible retirada, a nadie debe extraña que Andrés Guardado piense en volver a los banquillos de los últimos sitios donde ha sido feliz.
"Tuve una llamada con él (se refiere a Javier Aguirre). Me da risa, porque empezaron con sus historias que iba a regresar, pero nada parecido; tuve una plática con él ya que fui el capitán del último Mundial, para que compartiera experiencia hablando de eso y sí, hubo una charla distendida, en la que sí se quedaron las puertas abiertas", apunta el 'Principito' en una entrevista con David Faitelson para TUDN donde precisó que en ningún caso se plantea retornar al 'Tri' como jugador: "Mañana, si se da, trabajaría en la selección mexicana y vería cómo ayudar, pero no fue una invitación como tal; le compartí mi experiencia y se abrió la puerta para un futuro", añade el zurdo, que aceptaría "sin pensarlo": "Para el próximo Mundial estaré retirado seguro; si me llega la invitación, no lo pensaría. Vivir un evento así desde otra responsabilidad, sin ser Javier Aguirre, pero aportando detrás, también aprender, es super enriquecedor; sería una gran oportunidad".
A renglón seguido, Guardado dejó claro que, en cuanto se inicie en el mundo de la dirección técnica, para lo que se está formando mientras ejerce de jugador en León, pretende curtirse a lo grande. Así, entre sus desafíos está, por qué no, relevar a Manuel Pellegrini, un técnico con el que ha trabajado durante tres años y medio en Heliópolis y con el que tuvo algunas diferencias al final, pero no suficientemente graves como para que no se despidieran con cariño y se volvieran a reencontrar en mayo pasado con el mismo sentimiento: "No quiero parecer presuntuoso, pero son objetivos los dos y sé que lo puedo lograr; sé que dirigiré selección y al Betis". Después de portar el brazalete ya desde la etapa de Quique Setién, para muchos ha hecho méritos, al menos, para merecer en un futuro no muy lejano la llamada de los dirigentes verdiblancos.