"Perdí un derbi en el Betis y no pude salir de casa"

Resulta indiscutible que el Betis deja huella en la mayoría de los futbolistas que militan en las filas verdiblancas a lo largo de su carrera y que lo llevan en el corazón para siempre por su idiosincrasia y por la pasión innegociable de su afición.

Buen ejemplo de este vínculo que se crea con las treces barras son las palabras de Mario Abrante, excentral que jugó en el Real Betis durante dos temporadas, la 11/12 y la 12/13, y que ahora, en una amplia entrevista en Offsiders, habló de su etapa en el club heliopolitano y, especialmente, de la exigencia del beticismo "para lo bueno y para lo malo".

"Es una afición que lo vive mucho y es una afición que te lo dice en la calle, o sea, no le importa, tú estás comprando y te lo dice", rememora el exdefensa canario, ahora con 42 años y que aseveró que no queda más remedio que acatar lo que te comentan, porque la hinchada representa al escudo y son su razón de ser.

"Tú te callas, porque al final son ellos el Betis y tú estás ahí obviamente para darlo todo, pero claro, hay días que las cosas no salen y pasa. Ellos son el Betis, te la tienes que comer con papas", apuntó el Mario, que admitió que él guardaba silencio, porque en el fondo les asistía la razón y se volcaban con el equipo: "Yo me callaba, si tienen toda la razón y me iba. Ahora si va bien, como nos fue, te tienen aquí arriba. Es una maravilla, donde sea, te tratan como si fuera la familia. Espectacular".

Además, recordó su mala experiencia en un derbi en el que cayeron de forma abrupta contra el Sevilla. "Yo tuve la mala suerte de jugar un derbi 3-0 -el resultado real fue 5-1 en niviembre de 2012-. No puedes salir de tu casa, o sea, no sales. Iba a entrenar y me volvía", señaló Mario, que jugó un total de 34 partidos como verdiblanco durante dos campañas y que guarda magníficos recuerdos de su estancia en el Benito Villamarín, al que llegó con la carta de libertad y se fue de igual manera rumbo al FC Baku.

El de Tenerife también jugó en otros equipos españoles, como el Valaldolid, el Barcelona, el Caragoza, el Recreativo o el Getafe, para finalmente retirarse en 2020 tras su paso por el San Luis mexicano.