Nafez, el sirio conquistado por el Betis desde hace más de cincuenta años

Este aficionado bético proviene de Tartus, una ciudad al noroeste de Siria. Encandilado por las 'Trece Barras' desde 1968, revela en ESTADIO Deportivo el origen de su vínculo con el club y reflexiona sobre la insostenible situación que vive su familia en su país de origen

Iván DíazIván Díaz 4 min lectura

Siria es un país destruido por una interminable guerra de consecuencias abismales. La Primavera Árabe que comenzó allá por 2011 dejó tras de sí una terrible crisis humanitaria que acabó con la vida de más de 300.000 personas y que a día de hoy mantiene a su población perseguida, censurada y amenazada. Son millones de personas las que se vieron obligadas a abandonar este país de Oriente Próximo. Décadas atrás, un ciudadano de Tartus, ciudad situada al noroeste de la capital, tomó su estetoscopio y sus conocimientos de medicina y se marchó hacia Sevilla a empezar una nueva vida. Él es Nafez, médico de profesión y bético de corazón. Tras la victoria del Real Betis ante el Atlético de Madrid de este pasado domingo, el exótico hincha verdiblanco atendió amablemente a ESTADIO Deportivo para contar su historia y la indignación ante la insostenible situación que atraviesan sus familiares en su país de origen.

En primer lugar, la alegría en sus palabras y en su cara era incontenible, así como la de Juan José, el amigo que le acompaña durante la conversación y que le insta a decir "يحيا بيتيس (Viva el Betis en árabe)". Tras ello, Nafez reflexionó sobre el partido : "Me ha gustado muchísimo el partido. Tuve muchísimos nervios. El Betis tenía que haber ganado el partido 5-0. Es el mejor partido que he visto en mi vida. Vine con la idea de que iba a perder y ha ganado, pues fíjate lo contento que estoy".

Tras el emocionante análisis del partido, el hincha recordó sus orígenes: "Soy de Tartus, Siria. Soy bético, porque los béticos sabemos elegir las cosas buenas. Llevo casi toda la vida aquí. Llevo aquí desde 1968. Llegué y me gustó el Betis. Mis hijas son béticas al máximo. Soy médico, estudié medicina y acabé aquí. Y directamente me hice del Betis. Escuché al Betis y me hice del Betis, en cuanto vi los colores (Risas)".

Una felicidad que se contrapuso de golpe cuando analizó la situación de su país y, sobre todo, de su familia: "Nosotros llevamos años en guerra. Una guerra civil que hasta ahora dura, que no ha terminado, que está enquistada. No hay ni ganadores ni vencidos. Y ahora hay otra guerra completamente diferente, que viene desde el Estado de Israel. Como ustedes saben, Israel está machacando al pueblo palestino, al pueblo libanés. Están valiéndose de la fuerza y no de la razón. Muy bien apoyados por los americanos y por la OTAN. Están cometiendo una barbaridad, un genocidio con toda regla. En Gaza la gente se muere de la guerra, del hambre, de la falta de agua, de asistencia médica. Por falta de todo. No sé cómo este mundo no puede parar la guerra. Morir así es lo más triste, morir de hambre en la guerra. Tengo allí hermanos, hermanas, sobrinos y primos allí", relata Nafez.

Con todo, Nafez se mostró bien orgulloso de su beticismo y del de su familia. Tal es el amor que este hincha profesa por los colores del Real Betis que una de sus hijas, además, ejerce su profesión en el Estadio Benito Villamarín: "Mi hija trabaja en el Villamarín de enfermera. Se llama Victoria y es más bética que nadie", sentenció el protagonista de esta dulce e insólita historia de amor.