En el Mundial menos inclusivo, Borja Iglesias rompe tabúes: los gays en el fútbol y la salud mental

El delantero del Real Betis, reivindicativo en sus redes sociales, habría tenido seguramente algún que otro problema si Luis Enrique llega a llevárselo a Qatar

En el Mundial menos inclusivo, Borja Iglesias rompe tabúes: los gays en el fútbol y la salud mental
El 'Panda', con sus reivindicativas uñas negras, durante un entrenamiento con 'La Roja'. - UES
Óscar MurilloÓscar Murillo 7 min lectura

Borja Iglesias es un jugador diferente. Amante de los videojuegos y de los festivales de música urbana, es frecuente verlo acompañado no ya de sus inseparables Aitor Ruibal y Héctor Bellerín, sino también de raperos como Kase O, 'streamers' como Ibai Llanos o DjMaRiiO, de invitado en 'La Resistencia'. Alternativo y contestatario, siempre desde el respeto y con una sonrisa como arma, el gallego es uno de los referentes del Real Betis, así como el máximo goleador español de LaLiga (con 8 dianas, una más que sus paisanos Iago Aspas y Joselu Mato, este último nacido accidentalmente en Alemania), sólo por detrás de Robert Lewandowski. Pero, incluso cuando no la metía ni por casualidad y más arreciaban las críticas, el 'Panda' ha sido un firme defensor de los colectivos más denigrados, no dudando en pintarse las uñas de las manos de negro, recibiendo críticas homófobas, en apoyo al colectivo #BlackLivesMatters o en censurar por su fomento de la ludopatía en 'Salvados' (La Sexta) la irrupción en el fútbol del negocio de las casas de apuestas.

Ese alarde de transparencia, seguramente, le habría pasado factura en el Mundial menos inclusivo de la historia de decantarse Luis Enrique por él y no por Marco Asensio y Ansu Fati. No en vano, las amenazas de la FIFA de sancionar con amarilla a todo jugador que luzca el brazalete arcoiris 'One Love' en favor del colectivo LGTBIQ en un país como Qatar, a la cola en el respeto a los derechos humanos, especialmente de las mujeres, deja bien a las claras que hay mucho camino por recorrer. Por eso, no puede ser más actual el capítulo estrenado en la noche del lunes de 'Universo Valdano' en Movistar Plus, donde Borja se refiere a dos de los grandes tabúes del deporte: la homosexualidad y la salud mental. "(Lo de 'salir del armario') está complicado. Los hay, obviamente, pero creo que tienen miedo a exponerse demasiado por la repercusión que puede tener, incluso, en su carrera como profesional. Poco a poco hay que intentar generar ese espacio sano para que se sientan bien, porque la sociedad está preparada para ello. Pensamos que todo va muy lento, pero se están dando pasos importantes y cada vez estamos mejor", apunta el ex de Celta y Zaragoza.

Un ejemplo en casa

En cuanto a la necesidad de luchar contra la ansiedad u otras enfermedades mentales, el 'Panda' recordó sus difíciles inicios en el Betis y cuál fue la chispa que desató su resurrección, tras año y medio casi en blanco, una vez invertidos 28 millones de euros en su fichaje: "Tanto Manuel (Pellegrini) como (Rubén) Cousillas me dijeron '¿qué te pasa, por qué no haces goles?'. Recuerdo que el míster un día me dijo que, en cierto modo, estaba un poco decepcionado, porque esperaba más de mí. En ese sentido te quieres morir. Yo me iba a mi casa pensando que yo también lo estaba conmigo (...) Pensaba 'no me estoy moviendo bien', 'no soy capaz de entenderme'... De repente, tengo una y, obviamente, no la meto, porque pensaba en que no podía fallarla. Veía fantasmas por todos lados. Pensaba 'qué me pasa', cosas sencillas me generaban un temor, no sabía controlar... Se reunieron distintos condicionantes. Llegué y justo me lesioné, Loren empezó muy bien, yo entraba y no era capaz de hacerlo... Lo que más me preocupaba es que había tenido situaciones de gol y llevaba diez partidos que sin chutar a portería. No sabía qué estaba pasando".

Pero, esforzándose a fondo, fue capaz de revertir la situación. "Se juntaba eso, que el equipo no terminaba de arrancar, que te sientes importante y no respondes, el ambiente cada vez se crispa más... Mi mayor problema no era que yo no metiese goles, era que yo no sabía qué aportar para que el equipo ganase. Eso sí que me frustraba. Yo me iba a dormir pensando en qué podía hacer. Traté de trabajar mucho la confianza, pensar en qué hacía bien en vez de en las cosas malas. A veces fallaba un control y era lo único en lo que pensaba", rememora Borja Iglesias, que señala como clave a un compañero: "Andrés Guardado me envía un mensaje el día de mi cumpleaños y me dice ''entras en el mejor momento de tu carrera, aunque no eres consciente'. Efectivamente. Me acuerdo que, cuando lo leí, ese año fue muy importante, porque viví situaciones que no había vivido nunca. Ya no saben ni qué decirme, pero él lo decía de verdad. Él me decía que, cuando pasó ese momento, tenía la madurez para saber cómo disfrutar ciertos momentos".

Y llegó el verdadero punto de inflexión: "A las dos semanas, jugamos Copa del Rey con la Real Sociedad. Salgo faltando diez minutos. Joaquín me dice muchas veces que es gracias a él, porque hay una jugada en el 90 en que no llega al remate y no la mete. Luego, llega la prórroga y meto los dos goles". Después, una racha impresionante, con un 2022 también para enmarcar que terminaron con los goles que dieron al Betis la clasificación para la final del torneo del K.O., que se apuntaron por penaltis contra el Valencia después de abrir el propio '9' gallego el marcador de cabeza.

Y es que Borja Iglesias entiende que no hay que ocultarse, sino popularizar y normalizar que profesionales de la psicología ayuden al futbolista cuando lo necesite: "Ya no sólo en la parte profesional, sino en la personal. Darte cuenta de que algo va mal es más sencillo, porque se nota, pero, cuando las cosas van bien, a veces te despegan de la realidad. Tener alguien que desde fuera te dé una perspectiva más acorde a ella es fundamental".