Nunca en los casi 117 años de historia del Real Betis, que se cumplen la semana que viene, hubo un mercado invernal tan movido y oneroso como el último. Lo que más se le acerca fue el de la 18/19, cuando los verdiblancos se gastaron 20 millones de euros en reclutar a Diego Lainez (14), Emerson Royal (6) y Jesé Rodríguez (cedido) en pos de una segunda clasificación para competiciones europeas a los mandos de Quique Setién, que abandonó el barco el verano siguiente al no lograrlo, rompiendo un contrato que le aseguraba una tercera temporada a los mandos heliopolitanos. El récord, como ya se ha referido, está en los 23 millones gastados en enero de 2024, con el colchón que mulleron Luiz Henrique (traspasado por 16+4 al Botafogo) y Borja Iglesias (gracias a su cesión remunerada de un millón al Bayer Leverkusen). No es por restarle méritos, pero cinco años antes apenas se recaudaron 500.000 euros por el cambio de club en Italia de Tonny Sanabria.
En la penúltima ventana llegaron Pablo Fornals (a cambio de ocho millones de euros para el West Ham), Cédric Bakambu (5 para el Galatasaray), Johnny Cardoso (seis millones por el 80% se embolsó el Internacional de Porto Alegre) y 'Chimy' Ávila (costó 4, pero el CA Osasuna valoró la operación en seis millones al perdonar el rosarino algunas cantidades, entre ellas las comisiones, y ceder el Real Betis un 10% extra del pase de Raúl García de Haro). Una auténtica revolución (llegaron cuatro fichajes y se marcharon el brasileño, el gallego, Andrés Guardado y Juan Cruz), con un doble movimiento asociado al cortarse el préstamo de Juanmi Jiménez al Al-Riyadh saudí para terminar el curso en las filas del Cádiz CF. La coctelera, por tanto, se agitó intensamente en la primera experiencia al frente de la dirección deportiva de Manu Fajardo, que heredó esa intensidad de su predecesor en el cargo, Ramón Planes.
Ahora, tras un mercado estival agridulce para muchos en su epílogo (nueve contrataciones y dieciséis salidas, contando dos que promocionaban del filial y otros dos que ya estaban cedidos con opción de compra) por el traspaso al Al-Jazira de Nabil Fekir y la recaída de un Isco Alarcón que no será sustituido a corto plazo, todo queda aparcado de nuevo hasta un mercado invernal que se anuncia otra vez no apto para cardíacos. Queda mucho (cuatro largos meses) para que se vuelva a abrir la veda, aunque en la comisión deportiva ni siquiera se han podido marchar aún de vacaciones. De hecho, se tramitó el lunes, ya con la ventana cerrada en LaLiga, la marcha al Feyenoord neerlandés de Assane Diao, aunque el atacante hispano-senegalés tumbó una operación de once millones de euros, como una cesión con pluses por una cantidad similar previa al Hoffenheim alemán. Ahora, hay un principio de acuerdo con el Al-Arabi SC qatarí por Rodri Sánchez a cambio de algo menos de ocho millones.
Según ha podido saber ESTADIO Deportivo, la hoja de ruta marca que, tras hacer un esfuerzo postrero en verano por Natan de Souza, Vitor Roque y, sobre todo, Gio Lo Celso, en la siguiente ocasión se debe dibujar un escenario parecido al del año anterior. Habrá que observar la evolución de la actual plantilla, pero, si todo sigue como se espera, se forzará un adiós rentable para el club de Assane y no se descarta alguna gran venta, con el Tottenham conservando hasta el verano de 2025 un derecho de tanteo preferente por Johnny Cardoso cifrado en 25 millones. De nuevo, volverán al zoco Rui Silva y William Carvalho, el primero con opciones de volver a su país, sobre todo por el deseo de no dejar de nuevo tirado a Álvaro Valles, de quien se rumorea que podría rescindir en la UD Las Palmas y, por ende, aterrizar libre antes de lo esperado (la otra vía sería una cesión de Fran Vieites). Con la regla 1:1 y fondos superiores a la decena de millones en caja, se plantearía el Real Betis entonces apuntalar el resto de sus líneas, pues hay préstamos que amortizar, claro, pero también el sueño de seguir en Europa y escalar todo lo posible.