El Real Betis no fichará a corto plazo un mediocentro defensivo, como advirtió su director deportivo, Manu Fajardo, durante la presentación este lunes de Adrián San Miguel. Las prioridades son cubrir las dos plazas vacantes en la defensa (un central y un lateral zurdo, porque el posible desembarco de Ricardo Rodríguez no cercenaría las gestiones por Soumaïla Coulibaly, pese a que el internacional suizo pueda jugar en ambos puestos) y contratar un delantero joven y revalorizable, preferentemente a préstamo, que complemente a Cédric Bakambu y 'Chimy' Ávila. El resto de movimientos quedará supeditado a las salidas, que condicionan también los ya mencionados en cuanto a la inversión. Por tanto, la secretaría verdiblanca sí monitoriza el mercado de centrocampistas e, incluso, avanza en varias gestiones, pues la idea es vender a William Carvalho y, de paso, tener las espaldas cubiertas en caso de que llegara una oferta fuera de mercado por Johnny Cardoso.
En principio, ni Galatasaray ni Fiorentina tienen previsto alcanzar los 25 millones de euros en que han tasado al internacional estadounidense en La Palmera, aunque sus agentes avisan de que puede haber sorpresas en las próximas semanas. En ese contexto, cuadra que, como desvelan en Marruecos, desde la planta noble del Benito Villamarín estén insistiendo en Azzedine Ounahi, medio polivalente que saltó a la fama por aquel lamento de Luis Enrique en el Mundial de Qatar tras la eliminación de España, alabando el partidazo del '8' de los 'Leones del Atlas', a quien no conocía. La cotización del futbolista de Casablanca, entonces con 22 años, se disparó como la espuma, si bien el Angers solamente obtuvo ocho kilos por él del Marsella, con el que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2027. Según la citada información, el Betis habría solicitado la cesión con opción de compra del canterano del Raja, mientras que en la Costa Azul no tienen tan claro soltarlo y, de hacerlo, bajo esa fórmula.
Lo que sí está claro es que el perfil de Ounahi no se parece en nada a ninguno de los dos a los que aspira a sustituir. De hecho, pese a que destaca contra la 'Roja' en la presión y el achique, no es un pivote, sino un 'box to box'. Inclasificable y ubicuo, puede actuar en la 'sala de máquinas' o escorado a una de las bandas de la medular, pues tiene mucha movilidad. De hecho, Marcelino lo echaba a la izquierda en su clásico 1-4-4-2, mientras que Gattuso y Gasset lo colocaban de interior diestro en un 1-4-3-3, siempre con un pivote más posicional por detrás, ya que el marroquí hace daño con sus condiciones y su regate, además de que tiene buen golpeo desde media distancia. Con De Zerbi, partidario del 1-4-2-3-1, su futuro es incierto. Acabó jugando poco al final de la 23/24 y el míster italiano ya se ha traído a Ismaël Koné del Watford para potenciar el centro del campo, mientras que siguen Veretout, Kondogbia, el ahora lesionado Rongier y, más en su puesto natural, Harit.
En resumen, contando con que siguieran Johnny, Marc Roca y Altimira, pero no Carvalho, el magrebí tendría difícil encaje en el doble pivote que plantea Manuel Pellegrini. No es, en definitiva, un recambio de Guido Rodríguez. Encajaría algo más como sustituto de Rodri, porque tampoco tiene nada que ver con Isco o Fekir. Tiene un último pase interesante, si bien encargarle la dirección del juego sería excesivo. Aparece antes que se sitúa en la media punta. Sin duda, un perfil que no existe en la plantilla actual, eficaz para perpetuar esa encomienda que se intuyó en el primer amistoso de pretemporada ante el Austria Salzburgo de presionar alto. Así brilló contra España en esa recordada cita de octavos de final del pasado Mundial, con Amrabat como '5' y Amallah en labores de generación, aunque es cierto que los tres del medio aquel día corrieron como nunca.