La añoranza de Serra Ferrer: "Inolvidable..."

El de Sa Pobla, que llevó hace 33 años al Mallorca a otro 'Día D' en el Bernabéu, rememora la Copa del Rey conquistada con el Betis en 2005

La añoranza de Serra Ferrer: "Inolvidable..."
El técnico balear se abraza a Edu tras la conquista de la final de 2005 en el Vicente Calderón. - CORDON PRESS
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura

Lorenzo Serra Ferrer es historia viva del RCD Mallorca, uno de los finalistas de la Copa del Rey 23/24, pero también del Real Betis. El veterano técnico balear lo llevó a Primera división en la campaña 91/92 y a ser luego tercero en Primera, se fue y volvió para hacerle ganar un torneo del K.O. y debutar en la Champions League, siendo, además, el primer club andaluz en tocarla. Finalmente, ya sin un Manuel Ruiz de Lopera con el tuvo una relación de amor-odio pero que recordaba recientemente con mucho cariño en su último adiós, ejerció de consejero deportivo, a la sazón jefe de la planificación, junto a Haro y Catalán, con los que acabó tan mal o más como con su técnico, Quique Setién. De fuerte carácter y personalidad, su nombre ha quedado grabado a fuego en la historia verdiblanca y en el beticismo. Referente y accionista de relevancia, ha tirado de añoranza este sábado.

"Conozco bien a los dos entrenadores, con los que se dio la casualidad de que me enfrenté en 2005, en otro momento inolvidable con el Betis. Coincide esta circunstancia, aquella semifinal que empatamos 0-0 en el Villamarín y fuimos a San Mamés a jugárnosla, con todo lo que suponía para el Athletic. Supimos aguantar; fue un ejercicio de resistencia, pero hasta que no se terminan los partidos hay que competir así. Después, la final sabíamos que iba a ser un partido duro, por los jugadores que había y las características de un rival que no concedía, pero tuvimos la suerte de ganarla", rememora el de Sa Pobla en una columna de opinión para 'Relevo' con ocasión del Athletic-Mallorca de este sábado en La Cartuja, una cita en la que va, lógicamente, con el club de su tierra, al que llevó a un día idéntico hace 33 años en el Santiago Bernabéu, aunque entonces ganó el Atlético de Madrid.

Serra recomienda a Valverde y Aguirre que apuesten por el jugador que vean "ilusionado y preparado, con la seguridad de que es capaz. Hay que manejar bien la presión, que el futbolista no se exceda. Hay que llegar bien en lo físico y fuerte anímicamente. Hay que mirar mucho ese factor emocional. Pero jugar la final no es nada que celebrar ni merece la alabanza; hay que jugarla para ganar". Sabe perfectamente de lo que habla, ya que, aparte de llevarse el título de hace 19 años con el Betis y de quedarse a las puertas en 1991 con los bermellones, fue también subcampeón en 1997 con el conjunto heliopolitano, cayendo en la final contra el FC Barcelona al filo de los penaltis, tras forzar la prórroga Pizzi en el minuto 85 y sentenciar en la misma Figo en el 115. Fue el último encuentro del balear al frente de los hispalenses antes de ser culé, si bien habría segunda y exitosa etapa en los banquillos aquí.