“Estamos en un momento de felicidad". El presidente del Real Betis, Ángel Haro, no ocultaba que está disfrutando el gran momento que atraviesa el Betis. El dirigente verdiblanco ha participado en las jornadas, organizadas por la Asociación Española de la Prensa Deportiva, que se están celebrando en Dos Hermanas, en donde ha valorado la situación del Betis y del fútbol actual, y ha tocado todos los temas que le competen, desde el acuerdo con CVC hasta su relación con LaLiga y la RFEF.
Por ello, daba su opinión por la palabra de moda de este verano, las palancas que han permitido al Barça fichar a algunos de los mejores jugadores del mundo cuando arrastraba una deuda que, en una SA, habría supuesto la bancarrota. "No puedo estar en contra de lo que se denomina como palancas siempre que sea un elemento jurídico válido. Lo que se hace es adquirir tesorería", indica, aunque avisa que hay otra, "como se ha hecho en el Barça, que es PYG" y que "sí hay que controlarlo más". "Hay otros equipos como el Sevilla, sin entrar en polémicas, que, como política del club, no utiliza todo el límite que tienen, y es una decisión estratégica respetable. El Real Betis tuvo la oportunidad en verano de usar estas palancas, al menos una pequeña palanca, pero significaba hipotecar al club. En un futuro es posible que se usen, pero si no suponen hipotecarlo", advertía en referencia a la opción que se barajó de vender una parte de los ingresos futuros de entradas y abonos.
Muy diferente ve el acuerdo que llegó LaLiga con el fondo de inversión CVC y el que el Real Betis apoyó. "Nosotros nos adherimos a CVC porque creíamos que era algo bueno. No muy bueno, pero sí bueno. Creyendo en la potencialidad que tiene el acuerdo con CVC e, incluso, perdiendo en torno al 8% seguimos creyendo que es una operación buena", advertía Haro, a quien le cambiaba la cara cuando se le preguntaba por el momento actual.
"Estamos en un buen momento, de felicidad e ilusión por un conjunto de cosas. Tenemos a uno de los mejores entrenadores del mundo. Pellegrini ha hecho un buen trabajo, sabíamos que era el idóneo cuando lo fichamos y los jugadores y él están muy identificados con el club. Ha conseguido que el grupo humano vaya en la misma dirección", aseguraba Ángel Haro, que bajaba la 'pelota al suelo' y avisaba que no se pueden dejar llevar por la euforia. "Creo que tenemos que ser consecuentes y objetivos con la situación del Betis. Tenemos un equipo y presupuesto humilde, el octavo presupuesto, pero tenemos que competir al máximo. Tenemos que seguir haciéndolo bien a nivel deportivo y también social, porque el Betis tiene también un carácter social más allá del deportivo. Deportivamente hablando, el Betis sí estaría en esa segunda Liga del cuarto hacia el octavo, aunque presupuestariamente no lo estemos en comparación con algunos de los equipos que están ahí", advertía.
En este sentido habló también de un cierre del mercado que fue complicado, sobre todo porque las tres últimas semanas estuvieron trabajando al completo para poder inscribir a los jugadores que ya tenían, sin poder ilusionar a los béticos con alguna llegada. "El cierre se vive con intensidad. Este verano hemos tenido un problema motivado por dos años de pérdidas sin plusvalías. Cuando es mucho más intenso son los dos últimos días porque tienes jugadores por inscribir y posibles ofertas de última hora. Hay que saber gestionar el club sin esos ingresos extraordinarios. Si tienes una plantilla, una masa salarial, tienes que darte cuenta que la única herramienta que nos queda es el artículo 92, que accionistas pusieran dinero, avales, para inscribir a jugadores. Otros jugadores cambiaron sus condiciones contractuales para las inscripciones. Es algo bonito entre compañeros", aseguraba el dirigente del Real Betis Balompié, quien encontró el pleno apoyo de su mujer pese a estar jugándose su patrimonio: "Mi mujer respeta mis decisiones, pero no sabe por qué estoy metido en este jaleo”, añadía.
"Entré en esto por pasión. Estoy metido porque mi padre era muy bético y yo provengo de familia humilde. Estaría orgulloso de un paso que di y que no tenía pensado. Lo di porque veíamos que el Betis volvía a la época gris, a Lopera y Oliver. Nos decidimos y ya llevamos en esto unos 7 años. Tuvimos una situación buena, pero cuando dimos este paso un 51% de las acciones no sabíamos de quiénes eran. Los primeros tres años era una inestabilidad constante. Cada tres meses tenía una junta donde la oposición quería entrar. Ha habido momentos muy duros, pero hemos conseguido darle la vuelta a esa inestabilidad institucional que hacía que fueras a algún sitio, te preguntaran 'de quién es el Betis y no sabías ni qué responder", señalaba.