A lo largo de tres temporadas, Joselu Mato ofreció un gran rendimiento en las filas del Deportivo Alavés, con un bagaje de 36 goles y 11 asistencias en 113 partidos. Pero su salida en 2022 enturbió la relación con el club, al que demandó en los tribunales.
El hoy delantero del Real Madrid le exigía a la entidad vitoriana una indemnización de 275.958 euros en concepto de liquidación, al entender que su marcha se producía poco menos que mediante un despido, aunque en realidad acababa contrato.
La afición babazorra no se lo perdonó, como quedó demostrado esta misma campaña en la visita madridista a Mendizorroza, donde el internacional fue recibido con una gran pitada tras saltar al campo en el minuto 76 en lugar de su compañero Brahim Díaz, participando de este modo en el 0-1 final que se concretó con el gol de Lucas Vázquez de cabeza en el tiempo de prolongación.
Ahora se ha conocido que el Alavés no tiene nada que temer al respecto. Ya el pasado 28 de febrero, el Juzgado de lo Social número 1 de Vitoria emitió una sentencia desfavorable a los intereses del jugador y su abogado defensor la ha acatado, rechazando la posibilidad de presentar una reclamación.
Este pasado jueves expiró el plazo para que Joselu pudiera recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, por lo que el caso queda cerrado definitivamente, dándole la razón así al club vitoriano.
Durante el juicio celebrado el pasado mes de enero, en el que el ariete declaró por videoconferencia, quedó demostrado que el Alavés no sólo no lo despidió, sino que incluso le puso sobre la mesa una oferta de renovación que el futbolista no quiso valorar tras al descenso a Segunda división, firmando como agente libre por el Espanyol, que a su vez lo tiene cedido actualmente en el Real Madrid.
Además, en la vista oral se hizo referencia también al hecho de que Joselu ya pidió salir del conjunto blanquiazul un año antes, en el verano de 2021, cuando aceptó la propuesta del Sevilla FC, si bien el Alavés se negó a su salida.
De este modo, el juez Raúl Aztiria denegó la demanda interpuesta por el delantero, que en su última campaña como babazorro percibió un salario de 2,8 millones de euros brutos, y decretó que “la desvinculación se produjo por el interés propio del jugador al quedar libre en la temporada 2022-23”.